Árboles en Bogotá
Por Édgar Rodríguez Cruz
Marzo, 2019
“La crisis ambiental de Bogotá nos recuerda que en lo fundamental, ajeno a nuestras diferencias, todos somos aire”
La actual emergencia ambiental que enfrenta Bogotá se insinúa como una peligrosa condición para la ciudad a raíz de los elevados niveles de contaminación del aire. Ante esta circunstancia surge la importancia de discutir sobre la responsabilidad ciudadana referente a la protección y restauración del Medio Ambiente, dado que la actual administración Distrital parece no mostrar mayor preocupación sobre el tema.
Cabe recordar que la calidad del aire es indudablemente un problema de salud pública, pues puede ocasionar enfermedades en los pulmones, el corazón, la piel, insuficiencias cardio-respiratorias e incluso, ante una elevada exposición, la muerte.
La polución resulta de una elevada emisión de gases y partículas sólidas producidas por vehículos e industrias o algún fenómeno biológico. Si bien los hábitos de consumo no aparecen entre las causas principales, si son directos responsables por la demanda de bienes con producción tóxica, y el uso de medios de trasporte basados en combustión de hidrocarburos.
La solución a la contaminación implica un esfuerzo mancomunado por parte de la administración pública incrementando zonas verdes, sembrando árboles y endureciendo la regulación ambiental, paralelo a ello surge el compromiso empresarial por mudar hacia tecnologías menos contaminantes y ofertar bienes amigables para el medioambiente, y obviamente el compromiso ciudadano por transformar sus hábitos de consumo, participar en la protección y recuperación del entorno, y cultivar en las nuevas generaciones el respeto y cuidado de la naturaleza tal como lo hacían los ancestros y aún perdura en nuestras tradiciones abya-yalianas.
A manera de paréntesis, se debe resaltar la obviedad que las ciudades son espacios sociales construidos en el entorno natural sin el cual es imposible su existencia. En este sentido, “el árbol y los bosques” son fundamentales para las urbes para reducir los gases contaminantes y renovar el aire. Por ejemplo, se calcula que son necesarios 22 árboles adultos para garantizar el oxigeno que requiere una persona. Así pues, si Bogotá cuenta con 8 millones de habitantes, entonces se debe tener un patrimonio ambiental de 176 millones de árboles adultos.
Preocupados por la Emergencia Ambiental que afronta la ciudad, compartimos una serie de investigaciones y publicaciones referidas a la importancia, cuidado y siembra de árboles, las cuales pueden dar ideas e inspirar proyectos y planes de acción en procura de salvaguardar y recuperar el entorno natural de nuestra ciudad al cual pertenecemos.