Religión Yoruba

"Una Tradición Ancestral y su Influencia en América"

Por José Harrinson Zuluaga

Febrero, 2025

 

 

La Religión Yoruba, considerada una de las más antiguas de la humanidad, tiene sus raíces en el pueblo Yoruba, originario de África Occidental, específicamente en la región de Oyo (Nigeria), así como en partes de Benín y Ghana. Esta religión, rica en simbolismo y tradición, llegó a América, y en particular a Colombia, a través de los africanos esclavizados que fueron traídos durante la colonización. Para preservar su cultura y espiritualidad, estos pueblos se vieron obligados a sincretizar sus divinidades, conocidas como Orishas, con los santos de la Iglesia Católica. Este proceso de sincretismo permitió que la religión Yoruba sobreviviera y se adaptara a las nuevas realidades, manteniendo su esencia a pesar de la opresión.

 

La religión Yoruba se basa en la veneración de los Orishas, deidades que representan fuerzas naturales y aspectos de la vida humana. Cada Orisha tiene características y atributos específicos, y su culto se ha mantenido vivo a través de rituales, ofrendas y ceremonias. Sin embargo, durante la época colonial, los africanos esclavizados en América tuvieron que ocultar sus creencias bajo la apariencia del catolicismo para evitar castigos y persecuciones. Este sincretismo dio lugar a asociaciones entre los Orishas y los santos católicos, creando una fusión única que aún perdura en países como Cuba, Brasil y Colombia.

 

Por ejemplo, Eleggua, el Orisha que abre y cierra los caminos, es sincretizado con San Miguel, San Antonio de Padua o el Santo Niño de Atocha. Oshún, la diosa del amor y la fertilidad, se asocia con la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Changó, el dios del fuego, la guerra y la música, se identifica con Santa Bárbara. Estas asociaciones no solo permitieron la supervivencia de la religión Yoruba, sino que también enriquecieron las tradiciones espirituales de América.

 

Los Orishas son centrales en la religión Yoruba, y cada uno tiene un papel específico en el universo y en la vida de los devotos. Algunos de los más importantes incluyen:

 

Eleggua: Considerado el guardián de los caminos, es el primero en ser invocado en cualquier ceremonia. Su sincretismo con santos católicos refleja su importancia como intermediario entre los humanos y los demás Orishas.

 

Oshún: Representa el amor, la fertilidad y la feminidad. Es una de las deidades más queridas y veneradas, especialmente en Cuba, donde se la asocia con la Virgen de la Caridad del Cobre.

 

Changó: Conocido como el dios del trueno y la guerra, Changó es un símbolo de fuerza y virilidad. Su asociación con Santa Bárbara refleja su poder y su conexión con los elementos naturales.

 

Yemayá: La madre de todos los Orishas, Yemayá es la protectora de los niños y las mujeres embarazadas. Su sincretismo con la Virgen de Regla la convierte en una figura maternal y protectora.

 

Orula: También conocido como Orunmila, es el Orisha de la sabiduría y la adivinación. A través del oráculo de Ifá, Orula guía a los devotos en la toma de decisiones importantes.

 

En Colombia, la religión Yoruba llegó con los africanos esclavizados, quienes fundaron palenques, comunidades libres donde pudieron preservar sus tradiciones. Uno de los líderes más destacados fue Benkos Biohó, quien fundó el primer palenque en Colombia, hoy conocido como San Basilio de Palenque. Estas comunidades se extendieron por el litoral Atlántico, el Pacífico y las riberas del río Magdalena, convirtiéndose en centros de resistencia cultural y espiritual.

 

En estas regiones, las tradiciones Yoruba se mezclaron con las costumbres locales, dando lugar a rituales únicos como los "Alabados" o "Gualíes" en el Pacífico, y el "Lumbalú" en San Basilio de Palenque. Estos rituales, que incluyen ofrendas a los Orishas y a los espíritus de los antepasados, son una muestra de la profunda conexión entre la religión Yoruba y la vida cotidiana de las comunidades afrodescendientes.

 

La religión Yoruba se estructura en tres ramas principales, cada una con sus propias prácticas y creencias:

 

La Regla de Palo Monte: Centrada en la veneración de los espíritus de los antepasados y los muertos, esta rama utiliza rituales y ofrendas para comunicarse con los egguns o espíritus.

 

La Regla de Osha: Esta rama se enfoca en la adoración de los Orishas. Los devotos realizan ceremonias y ofrendas para honrar a estas deidades y recibir sus bendiciones.

 

La Regla de Ifá: Considerada la base filosófica y ritual de la religión Yoruba, Ifá es el sistema de adivinación que permite a los Babalawos (sacerdotes) comunicarse con lo divino y ofrecer orientación a los creyentes.

 

Para convertirse en un practicante de la religión Yoruba, es necesario pasar por un proceso de iniciación guiado por un Babalawo. Este proceso incluye la recepción de la "mano de Orula", un ritual en el que se entrega un pulsera (ilde) y un collar (ileke) con los colores verde y amarillo, que representan a Orunmila, el Orisha de la sabiduría. Estos objetos actúan como talismanes que protegen y guían al devoto en su camino espiritual.

 

Las prácticas rituales en la religión Yoruba incluyen música, danza, cantos y ofrendas específicas para cada Orisha. Los tambores Batá, por ejemplo, son instrumentos sagrados que se utilizan para invocar a las deidades. Las ofrendas, que pueden incluir frutas, miel, velas y flores, se colocan en altares cubiertos con mantos blancos, símbolo de pureza y conexión con lo divino.

 

La religión Yoruba es una tradición espiritual profunda y compleja que ha sobrevivido a siglos de opresión y adaptación. Su llegada a América, y en particular a Colombia, ha dejado una huella imborrable en la cultura y la espiritualidad de las comunidades afrodescendientes. A través del sincretismo, los rituales y la veneración de los Orishas, esta religión sigue siendo un pilar de identidad y resistencia para millones de personas en todo el mundo. Su legado es un recordatorio de la fuerza y la resiliencia de las tradiciones ancestrales, que continúan guiando y protegiendo a sus devotos en el mundo moderno.