"Del barrio para el mundo en acción"

Proyecto ganador de la beca "Comunicación Comunitaria 2023" de SCRD

Custodio de palabras

Por Mariana Peñaloza

Enero, 2024

En el corazón de una biblioteca que parecía ser un refugio secreto para los amantes de las letras, nos encontramos con Don Jaime, un hombre cuyo amor por la literatura y la escritura es evidente en cada palabra que pronuncia. La entrevista comienza con una simple pregunta, que nos revela la conexión profunda con la biblioteca y la lectura que se ha forjado a lo largo de los años.

Don Jaime llegó a la biblioteca hace seis años, atraído por la idea del "café literario". Para él, este lugar es más que un edificio lleno de libros; es un espacio donde las palabras cobran vida y las ideas se entrelazan en conversaciones estimulantes. Los encuentros en el café literario le permitieron conocer a nuevos autores, intercambiar pensamientos y enriquecer su comprensión de la literatura.

Su historia con los libros se remonta a su infancia. El primer encuentro con las letras había tenido lugar en el colegio, durante las clases de español. Allí, en medio de textos escolares, había sentido por primera vez el poder de las palabras escritas. Pero la verdadera chispa había sido encendida por su abuela paterna, una ávida lectora que dejó una huella imborrable en su vida.

Su abuela, se había mudado a los Estados Unidos, dejando atrás una bohardilla llena de novelas y tesoros literarios. Cuando Don Jaime había tenido la oportunidad de explorar ese rincón secreto de la casa de su abuela, había descubierto un tesoro literario. Su abuela, en un gesto de amor y sabiduría, le había regalado muchos de esos libros, marcando así el inicio de su apasionado viaje literario.

Los libros que más le impactaron incluían "El Conde de Montecristo" de Dumas, "La Dama de Compañía" y, por supuesto, "Cien Años de Soledad".

Cuando se le preguntó sobre qué aspectos de su cultura y generación deseaba transmitir a las generaciones más jóvenes, Don Jaime habló sobre la importancia de cultivar la escritura y plasmar las experiencias cotidianas en papel. Es un firme creyente de que la escritura es una herramienta poderosa para preservar la sabiduría ancestral y conectar a las generaciones.

Pero lo que destaca a Don Jaime entre los amantes de los libros es su profundo aprecio por el arte del "Ex Libris" y el lacrado. Explicó que los Ex Libris eran sellos personalizados que marcaban la propiedad de un libro, cada uno de ellos una obra de arte única que representaba la pasión por la literatura. Los detalles y la creatividad de estos sellos lo han capturado y los   considera una forma de unir su presente con el legado de su abuela.

El arte del lacrado, con su cera fundida y sellos de latón, añaden un toque de romanticismo a la experiencia de la lectura. Don Jaime compartió cómo ha leído acerca de este ritual con reverencia, Algo que le gustaría hacer para preservar así la integridad de los libros más preciados de su abuela. Esta es una práctica que lo conecta con una era pasada en la que los libros eran tesoros que merecían ser protegidos.

A medida que Don Jaime comparte sus experiencias y sabiduría, queda claro que él es más que un simple amante de los libros. Es una biblioteca humana, un custodio de historias y tradiciones que ha pasado de generación en generación. En su presencia, las palabras y la historia se fusionan, creando una crónica viva de cómo los libros pueden ser no solo ventanas al mundo, sino también puentes entre las generaciones y guardianes de la sabiduría. Don Jaime es el vivo testimonio de que las palabras escritas en papel pueden trascender el tiempo y el espacio, y su amor por los libros ilumina la biblioteca como una joya incrustada en la historia.

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