¿Y para qué la poesía?

Por Angelita Acero y Julian Barajas

Marzo, 2025

 

“No existe una escuela que enseñe a vivir” 

Charly García

 

 

La rapidez del mundo, los giros de la historia nos han volcado a la virtualidad, a la inmediatez, al tiempo que nos obliga a estar en varios lugares a la vez, haciendo muchas cosas a la vez y que nos llevan a desear cosas que realmente no necesitamos; nos inducen a consumir, a comprar, a clickear, a figurar. El panorama ensordecedor de las noticias diarias pone los libros en un anaquel, como objetos de colección, intocables y añejos. Los bichos raros en el transporte público van leyendo un libro, sus dedos siguen líneas, páginas y letras; parecen caducar frente a la normalidad inmersa en pantallas que suben y bajan en la prontitud de asuntos efímeros. Nadie hace una pausa, muy pocos observan lo que sucede afuera, otros tantos tararean alguna canción mientras contemplan todo lo que pasa al otro lado de la ventana. Muy pocos miran a los ojos, muy pocos conversan con extraños, muy pocos ven, oyen o escuchan. La ciudad y su frenético movimiento nos arrastra, nos acosa, nos disminuye; la dejamos, nos dejamos llevar, aceptamos que nos hemos rendido al caos y al ruido de la vida. 

 

Sin embargo, hay algo ahí que late, silencioso y persistente, que se mueve dentro de cada uno; ese algo que a veces olvidamos porque pensamos que no sirve, que no es útil, que no lleva el mismo ritmo de los días. Estamos equivocados si pensamos que la poesía no está viva y presente; estamos equivocados si asumimos que la poesía solo habla de amor, de flores, de cosas bonitas… La poesía es la vida misma, está implícita hasta en el hecho de respirar (no somos conscientes de que respiramos hasta que pensamos en ello) es vital, es infinita. Entonces, ¿Será aquello que aún nos permite mirarnos a los ojos? ¿Tendrá el poder de unirnos, de hacer una pausa y mostrarnos otros mundos posibles? 

 

La poesía respira tras la ventana, nos abraza, nos nombra, nos repasa el alma con su aleteo infinito, nos canta al oído, nos susurra, nos llovizna. La poesía nos atraviesa, nos pertenece, es esa parte mágica que cada uno lleva consigo, auténtica y propia; nos permite trasegar en cada afecto, en las emociones que nos abrazan; también nos refleja una pausa en el espejo de las tristezas, las ausencias, los amores y desconciertos. La poesía es la vida misma, está presente hasta en lo más simple de la existencia, y ésta no se agota en el papel, en el poema o en la voz. ¿Para qué la poesía?, ¿Para qué los poetas? Pensar en la utilidad, es como aferrarse a tener un título académico que certifique que los poetas servimos para algo y eso en esos tiempos parece alejarse de la oferta y la demanda que exige estar vivo en estos tiempos, en esta ciudad y en este país. Despertar con las noticias fatídicas de cada día, con la violencia que impregna los hogares, las calles, las palabras y los discursos, nos hace olvidar las posibilidades de transformar la forma como decidimos habitar el mundo. 

 

La poesía es necesaria, es vital, es el espacio que propicia la libertad, la solidaridad, la empatía; el poder de la palabra poética nos conmueve, nos activa como actores sensibles, honestos; escuchamos y aprendemos a escuchar, a dialogar, a identificarnos con el otro, con sus afectos, aprendemos a apreciar las cosas simples de la existencia, las que no tienen precio; la belleza de lo que nos rodea, esa misma que encontramos en el caos, la que mueve el mundo para que nosotros podamos crear, imaginar, sonreír. Somos seres pensantes, sintientes; tenemos la capacidad de asombro y así también establecemos un juego con las palabras, las moldeamos, las coloreamos, justamente para darle otro tinte al blanco y negro del dolor. La poesía nos regala diariamente la posibilidad de entonar un himno menos doloroso que la muerte; la poesía es la música del alma y sin música el mundo sería un error como dijo algún filósofo lejano que creyó en la creación como fin último de los seres humanos. Entonces, ¿Para qué la poesía en estos tiempos? Justamente para creer que hay tiempos mejores, que hay otros mundos posibles, mundos en los que cabemos todos, en los que nos abrazamos todos, en los que podemos vivir en paz. 

La poesía es un acto de paz y eso nos compete a todos. ¿Qué piensas tú?

 

Nos vemos el próximo miércoles 19 de marzo de 7 a 9 pm al pie del árbol que da sombra al escenario de "La Aldea Casa Cultural", aquel mítico lugar que reabre sus puertas en la Calle 17 N 2 77, para conversar al rededor del papel de la poesía en el tejido social, entre otros.

 

Los esperamos.

 

Con Amor,

 

Comentarios: 3
  • #3

    MARISOL PALACIO CEPEDA (domingo, 16 marzo 2025 18:02)

    Estamos de acuerdo con Angelita y Julian porque hoy sin duda la poesía está muy presente como la vida misma con su dosis de grandeza, de infinitud, de magia, de sorpresa para avanzar cada día en la libertad y la igualdad que superan el espejo de las tristezas y la aridez humana, por supuesto que acompañaremos con beneplácito el nuevo renacer de “La Aldea Casa Cultural” el próximo miércoles.

  • #2

    Marcela (domingo, 16 marzo 2025 17:33)

    Qué bello texto tan poético reflexivo y urgente!!! La poesía es esto que se describe y aún el infinito indescriptible, Gracias por tan bella invitación!!! Ojalá quede grabado o haya transmisión en vivo, para quienes por horario no podemos asistir!!! Gracias,

  • #1

    Juan Carlos Carvajal Sandoval (domingo, 16 marzo 2025 13:56)

    Bella reflexión. Qué hermoso pensar los alcances de algo que luce cada vez más difuso y, en apariencia, efímero, pero que en realidad es la salvación y salida para estos tiempos convulsos.



 

 

Nuestras redes sociales:

@Quira Medios

QuiraMedios

QuiraMedios

Quira Medios Audiovisuales

+57 321 255 1347

 

 

 

 :    :    :

 

 

 

El Portal Cultural Quira Medios hace parte de la red de medios culturales Q6:

 


 

:    :    :

 

 

Quira Medios, asi como la red Q6 integran el laboratorio de comunicación alternativa "Panal Medios"

 

 

 

© Fundación Socio Cultural Quira  NIT 900849053-1,  2016. Todos los derechos reservados.