"Del barrio para el mundo en acción"

Proyecto ganador de la beca "Comunicación Comunitaria 2023" de SCRD

 

 

Doña Mariana

Biblioteca Humana de sabores y especias

Por Víctor Nelson Rodríguez

Enero, 2024

 

 

Es sábado por la mañana en la plazoleta frente al centro comercial Metro Recreo en Bosa. Un joven le pregunta a Doña Mariana si puede dejar su bicicleta allí mientras él paga los servicios públicos. Ella, con un acento tierno y amigable, le indica que, claro, puede hacerlo, que ella se la cuidará. Mientras tanto, entre charlas, tintico, risas y uno que otro usuario que pide que le cuiden su medio de transporte, Doña Mariana cuenta sus historias y revela cómo su conocimiento y experiencia en la cocina la convierten en una historia que merece ser leída.

 

Doña Mariana es una mujer mayor con cabello canoso y una sonrisa que ilumina su rostro arrugado. Es una sabedora de bebedizos para aliviar dolores de cabeza, problemas estomacales, y la anemia, entre otros males. Sin embargo, lo que más la distingue es su conocimiento en la cocina, capaz de transportarnos a los rincones de Boyacá y Cundinamarca a través de su sazón única.

 

Hace décadas, Doña Mariana vivía en una pequeña finca en las montañas de Boyacá, donde cada día se levantaba antes del amanecer para trabajar la tierra y cuidar de sus animales. La vida en el campo le enseñó a apreciar la naturaleza y a perfeccionar las artes culinarias que son tan emblemáticas de la región.

Sin embargo, un giro inesperado del destino la llevó a abandonar su hogar rural y mudarse a la bulliciosa Bogotá. Su razón principal fue estar cerca de su única hija, quien había encontrado trabajo en la ciudad. Así, Doña Mariana se encontró en medio del caos urbano, llevando consigo una maleta llena de recetas tradicionales y su profundo conocimiento en la preparación de platos típicos como el ajiaco, el cocido boyacense, la mazamorra, y, por supuesto, las famosas arepas boyacenses.

 

Su llegada a Bogotá no pasó desapercibida. Vecinos y amigos de su hija pronto descubrieron el don culinario de Doña Mariana. La noticia sobre sus deliciosas comidas se propagó rápidamente, y no pasó mucho tiempo antes de que personas de diferentes rincones de la ciudad comenzaran a llamar a su puerta, solicitando sus servicios como cocinera.

 

Pero Doña Mariana no solo cocinaba con maestría, también compartía historias y tradiciones detrás de cada plato. Cada comida que preparaba era un viaje a su tierra natal, una experiencia que transportaba a sus comensales a los lugares y sabores de Boyacá y Cundinamarca.

 

Uno de los mayores admiradores de Doña Mariana era un colombiano que trabajaba en Canadá y viajaba a Bogotá con regularidad. A pesar de la distancia, nunca olvidaba llamar a Doña Mariana para asegurarse de que su visita a Colombia estuviera acompañada de la auténtica comida cundiboyacense. La sazón de Doña Mariana era un bálsamo que aliviaba la nostalgia de su tierra natal.

 

La cocina de Doña Mariana se convirtió en un lugar de encuentro para personas de diferentes edades y orígenes. Aquellos que alguna vez se sintieron lejos de sus raíces encontraron en sus platos una forma de volver a casa. Doña Mariana no solo alimentaba los cuerpos de quienes la rodeaban, sino que también nutría sus almas con sus historias, como hojas de un buen libro que nos transportan a lugares y sabores únicos.

 

Con el tiempo, Doña Mariana se convirtió se quedó en el corazón de muchas personas como símbolo de la riqueza cultural de Colombia, un recordatorio de que la tradición y el sabor del campo pueden encontrar un hogar en la ciudad. Su historia es un testimonio de cómo una mujer mayor, a través de su pasión por la cocina, puede enriquecer la vida de quienes la rodean y mantener viva una parte esencial de la identidad de su país, incluso en lugares lejanos como Canadá.

 

Hoy, Doña Mariana sigue cocinando con la misma pasión y amor que la caracterizaron desde siempre. Sus recetas son un legado que trascenderá generaciones, recordándonos que la comida no solo es sustento, sino también un puente que conecta personas y culturas.

 

El tiempo y circunstancias varias hacen que, entre sus labores diarias para ganarse el sustento, Doña Mariana cuide por algún dinero, motos y bicicletas a la entrada del centro comercial. Ella y su conocimiento, el cual transmite oralmente a todo aquel que le cuenta de sus males de salud, se queda en el saber de quién la consulta. Estar en compañía de esta mujer, es como leer un buen libro que nos transporta a lugares y sabores únicos de esta “Biblioteca Humana “y su amada tierra.

 

 

Comentarios: 0

 

 

 

:  :  :  :  :  :  :  :  :  :  :  :  :  :

 

Inicio: