Para la comprensión de la sanación del territorio de Chocontá

(Historia revelada por el territorio)

Por Edgar Ramiro Luna Cuéllar Ph.D.

Marzo, 2025

 

 

Cuenta el territorio que Abenduq, mhuysqa de Guatabita, de linaje de sabedores y sanadores, aprendió ávidamente todo lo que sus maestros le podían transmitir de conocimiento y sabiduría. Era tal su interés que viajó hacia el sur en búsqueda de una mayor sabiduría. Una vez regresó, escucho de una palabra nueva para él en el territorio Tchibtcha de Ramiriqui; partió inmediatamente para allí sin consultar su destino.

 

Habiendo llegado a Ramiriqui, se presentó ante el círculo de ancianos y sabedores, quienes lo acogieron como propio ante la demostración humilde de sabiduría. Luego de tejer la palabra inicial lo invitaron a cenar. Allí lo sorprendió el destino al presentarle de sopetón a Huaira, la más linda y talentosa del poblado, igualmente perteneciente a un noble linaje. Sus miradas se entrecruzaron y penetraron a la vez, a través de las ventanas del alma, dentro del ser observado, inmediatamente corrió una corriente intensa por sus cuerpos descubriéndose como almas gemelas.

 

Superando la perturbación interior de manera inmediata y siguiendo las enseñanzas de protocolo y gobierno de sí mismos y para no dar margen a habladurías, continuaron con su rol dentro del ritual de la cena, a sabiendas de que luego se encontrarían. Volvieron a cruzar una mirada profunda esa misma noche cuando ya todos se disponían a tomar cama, y se fueron a descansar.

 

Abenduq se sentía feliz pero raro, ya que su interés y pasión siempre se habían centrado en el conocimiento y la sabiduría, en el bienestar de su pueblo y en la armonía con todos los seres vivos, más nunca en el amor de pareja.

 

Huaira conoció por primera vez el descontrol de su cuerpo, así como la energía radiante de su vientre y la humedad del amor complementado, se sintió levitando y feliz, pero recordó que ya había sido prometida a Tonicua, guerrero valiente de su pueblo. No durmió esa noche, se la pasó revisando sus pensamientos y sentimientos, revisó toda su vida y como aconteció que había sido prometida a un hombre que valoraba, pero que no le había hecho sentir nunca lo que aquel foráneo le removió en su interior. Examinó su cuerpo energético, salió en astral a revisar todo el contexto, consultó con su seres interior y superior, fue a revisar el libro de la vida, y ya en últimas se preparó solemne y conscientemente para recibir el primer rayo de sol y su mensaje. Una vez conectó con este primer rayo todo su ser se convenció de que su relación con Abenduq era inevitable.

 

Abenduq aprovechó el momento luego de la salutación al sol para proponer una visita a los campos de plantas medicinales y un saludo a la laguna sagrada del territorio, con la intuición de que Huaira sería una de las responsables de los rituales en esas áreas. Fue así como por orden del supremo gobernante se conformó un pequeño grupo de sabedores que irían por un par de días hasta el páramo, atravesando los sitios de plantas medicinales. Ya que el interés del viaje era meramente de conocimiento y sabiduría y en la región central del territorio gobernado, Tonicua ni ningún otro guerrero los acompañaría.

 

Durante el camino al páramo fueron tejiendo palabra entre todos los integrantes del grupo, pudiendo Abenduq y Huaira observar la calidez, inteligencia y modales de su alma gemela. Una vez se acercaron a la laguna se comunicaron primero visual y luego telepáticamente para presentar sus respetos conjuntamente a la laguna y pedir el permiso al cosmos para su unión. Así lo hicieron sin que los otros se percataran y la respuesta a su unión fue positiva.

 

Fue entonces que Huaira se percató de que los sabedores del destino en Ramiriqui habían cometido un error y no habían indagado las partes ocultas del oráculo, en donde esta unión estaba prevista y que por falta de rigurosidad los sabedores habían dejado de ver. Así, la entrega de Huaira a Tonicua era producto de la falta de atención de algunos en Ramiriqui.

 

Simulando compartir conocimiento sobre unas especies vegetales cerca de la laguna, Huaira y Abenduq pudieron compartir detalladamente los sucesos ocurridos desde su primera mirada. Allí compartió Huaira su visión acerca del error cometido por su tío materno y su mentor al consultar el oráculo y prometerla a Tonicua. La pareja comprendió bien la situación y ante todo las consecuencias letales que una noticia como esta podría conllevar a los consultores del destino. Abenduq entendió condescendientemente las palabras de Huaira en el sentido de que ella no quisiera ver juzgado a su tío preferido ni a su mentor de siempre, razón por la cual decidieron callar el hallazgo.

 

Pero aún así, llevados por la pasión y con la clara aprobación del cosmos, esa misma noche luego de que todos estuvieran dormidos buscaron el lugar más apropiado para generar su vínculo energético y su aura conjunta. Antes de las primeras luces del alba se retiraron a sitios separados, para que nadie se enterara de su com-unión*.

 

Ya de regreso en el poblado y con el gran secreto en la garganta, Huaira y Abenduq decidieron conjuntamente que él adelantaría su regreso a las tierras del Zipa, y que Huaira informaría salir hacia Chiribí con el fin de aprovisionarse de especies propias de esa región. Así, Abenduq la esperaría en Umbita y continuarían el camino a Guatabita, donde se presentarían como pareja.

Por alguna razón Tonicua malició el evento y al enterarse de que Huaira nunca llegó a Chiribí, sino que desvió hacia Umbita, congregó a sus hermanos y primos y partió con sed de venganza ante el deshonor a confrontar a la pareja.

 

Tras los rastros de la pareja subió el grupo de guerreros por Umbita y Suatama, para luego bajar rumbo a Chocontá. No respetaron el llamado al orden por parte de los guardianes del Zipa apostados en el Choque, tampoco se detuvieron a dar el saludo respetuoso que se merece el guardián interdimensional Amaruk en su cerro tutelar del pequeño valle del rio Funza o Bogotá, sino que siguieron raudos y ya casi al frente del poblado de Chocontá sobre la margen oriental

 

del rio dieron alcance a la pareja y con tiros de macana y lanza los atacaron a mediana distancia, la pareja ante el ataque en zona deshabitada y de poca vegetación no tuvo escondite para refugiarse. A Abenduq sólo se le ocurrió dejar el camino y buscar la otra margen del río para ampararse en los guerreros del Zipa, su pueblo, apostados en Tablón y Chocontá, quienes ya lo habían atisbado y corrían en su ayuda, dado el respeto que le tenían.

 

Iracundos los guerreros de Tonicua ante la constatación del deshonor y más aún embravecidos ante el inevitable choque con las fuerzas del Zipa, conscientes de las faltas al dominio territorial, Tonicua y su grupo destrozaron a la pareja con sus tiros de macana y lanza. Una vez llegaron ante los cadáveres ya sin espíritu, Tonicua al ver el lamentable estado del cuerpo de su prometida y el gesto de amor infinito con que los cuerpos se abrazaban y miraban, en un estado de confusión y pérdida de gobierno de sí mismo, decidió tajarse el cuello, para no tener que soportar por siempre el dolor del suceso.

 

Impávidos, tanto los guerreros acompañantes de Tonicua, como las huestes del Zipa recién llegadas, ven como los hilos de sangre salidos de los tres cuerpos caen en las hasta ese momento sagradas aguas del rio Funza, que atraviesa el territorio mhuysqa. Desde entonces este territorio a la margen oriental del rio se ha bañado de sangre y el rio ha transportado la violencia, la muerte y el dolor desde este pequeño valle a través de la Sabana de Bogotá, de la región del Tequendama y por intermedio del rio Yuma o Magdalena a lo largo del Magdalena Medio hasta el mismo Mar Caribe.

 

A pesar de las repetidas peticiones a Amaruk desde hace 1680 años, aún antes de los acontecimientos relatados, de no permitir que entrara y se alimentara la violencia en su valle, éste fue escenario por siglos de combates entre las huestes del Zipa y el Zaque, confrontación de visiones civilizatorias diferentes por sus ritos luni-acuáticos y solares respectivamente.

 

Los linajes de guerreros no fueron sembrados por la Madre Bachue, aparecen en este relato que es posterior a la llegada de los clanes solares y sus ritos de sangre. La violencia no existía en este continente, por lo tanto las memorias de sangre en el territorio y en los linajes son producto de las acciones posteriores a la llegada de los tchibtcha. Los cronistas de la época de la conquista relataron acerca de grandes batallas antes de la llegada de los europeos en estos territorios, destacándose el luto en los enfrentamientos en la Vueltas, Carnicerías y frente a Chocontá.

 

La conquista misma arrasó con los pobladores mhuysqa de Saucio, Tablón y Chocontá, y en general con la gran mayoría de éste pueblo milenario, guardián del legado de la humanidad primigenia del planeta paraíso.

 

Choques violentos se presentaron durante las revueltas en épocas de la colonia y la guerra independentista. Los pobladores del nuevo asentamiento de Chocontá respiraron, ingirieron y practicaron la violencia en la cotidianeidad y ante todo el día sábado de mercado y juerga, también la violencia partidista del siglo XX se hizo presente en este territorio con su mortal legado.

 

La humanidad debe entender y perdonar la historia de los habitantes de Chocontá, quienes por siglos han tenido que soportar un entorno social lleno de avaricia, envidia, mezquindad, bravuconada y violencia. Es por esto que a partir de hoy el territorio y la ancestralidad

mhuysqa nos invita a declararnos en paz interior y declarar la paz para todos los

territorios, para que la nueva semilla de paz se esparza por intermedio de los ríos y las aguas por toda Colombia y por Abya Yala, el continente del hombre rojo y de la sabiduría del planeta paraíso.

 

La Siembra de paz, como la llama un amigo, implica la labor interior de cada uno de nosotros, para sacar desde nuestra memoria de linaje y la propia de vidas anteriores todo aquello que implique violencia y muerte, y comprendamos el valor de la vida, para poder volver al círculo de la palabra de verdad, vida y amor.

 

________________

Notas:

*com-unión hace énfasis no sólo en la unión, sino también en la alianza trascendental inferida por el vocablo kom proveniente del Mhuysqubun o lengua mhuysqa.

  • Esta historia es inspiración pura del territorio.
  • Durante el proceso de escritura se realizó una danza de guala-gualas en un marco de cielo despejado, que recogió el negativo removido por la historia.
  • Huaira, Abenduq y Tonicua desde sus espíritus piden la paz para el planeta y lamentan que aquel suceso haya sido el desencadenante de siglos de violencia en el territorio mhuysqa.
  • Amaruk deja claro que sólo dejo que los ciclos se vivieran como estaba preestablecido, para que la humanidad a través de la violencia reconozca la paz, y a través de la muerte la vida.
  • Existe una historia del territorio aún por estudiar:

 

Escrito en Chocontá el 12 de febrero de 2025 por un mhuysqa arco iris, tabaco de cemento (el Mhuysqa no murió, el tabaco o sea la sabiduría volvió a brotar en medio del territorio, en medio del cemento).

 

Con Amor de humanidad,

 

Edgar Ramiro Luna Cuéllar Ph.D.

 

 

Comentarios: 7
  • #7

    Janeth del Socorro Arias Trujillo (martes, 18 marzo 2025 21:18)

    Nueva lectura, Nuevo comentario... "Es por esto que a partir de hoy el territorio y la ancestralidad
    mhuysqa nos invita a declararnos en paz interior y declarar la paz para todos los territorios, para que la nueva semilla de paz se esparza por intermedio de los ríos y las aguas por toda Colombia y por Abya Yala".

    Leido y difundido.Hecho esta.

  • #6

    José Joaquín Camelo Ramos (lunes, 17 marzo 2025 16:27)

    Gracias por la invitación.
    Quedo atento a su convocatoria.

  • #5

    Mauricio Cuellar (lunes, 17 marzo 2025 11:31)

    Me recuerda un poco la historia de Helena de Troya, París y Menelao. Si el amor no desencadenará violencia, la guerras no existirían? Pero sin amor no habría felicidad ni vida. Por qué las almas gemelas no se encuentran a tiempo? Gracias por el relato mi estimado Ramiro. A Chocontá no hay que pedirle perdón por nada. Es desde hace 10 mil años qué sucede.

  • #4

    Germán García (lunes, 17 marzo 2025 07:53)

    UPS que nota de escrito

  • #3

    Alexander Lopez (domingo, 16 marzo 2025 19:25)

    La magia y el encanto de las palabras reviven la sabiduría de los ancestros.

  • #2

    Silvio López (domingo, 16 marzo 2025 18:57)

    Amaruk la gran serpiente de la muerte a la vida... Guardiai del Amor y la vida...en esencia los y las guerras debemos morir de amor, los waurani manifiestan " matar para vivir" y los Corubos " morir matando" aquí todos nos abrazamos con el abuelo Tabaco...

  • #1

    Janeth del Socorro Arias Trujillo (domingo, 16 marzo 2025 18:49)

    Me pareció hermoso, interesante, de una dimensión clara y de aprendizaje Mayor de Mayores. Gracias por compartir toda esta sabiduría.



 

 

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