El Antropoceno Regenerativo

Por Mariaclara López 

Ecóloga

Septiembre, 2023

 

 

En el mundo viven 33 mil millones de gallinas, 1.400 millones de vacas y aproximadamente 1.000 millones de cerdos; por cada ser humano en el planeta viven al menos 3 animales domésticos. En contraste, al revisar el número de individuos vivos de cualquier animal silvestre, ya sean osos negros, jaguares, venados, etc. Encontramos que en el mundo quedan vivos 100, 300, y en el mejor de los casos algunos miles en estado salvaje. En Colombia por ejemplo en el Parque Nacional Natural Chingaza habitan 50 individuos de osos de anteojos (Tremarctos ornatus) y es el parque que más individuos de osos andinos tiene en el país. Cuando el parque fue creado en la década de los 70’s vivían en él 20 individuos, cincuenta años más tarde la población de estos osos apenas se ha duplicado.

 

Actualmente el oso andino es una especie vulnerable a la extinción y los humanos representan su principal causa de amenaza. Los humanos y sus cultivos que han ido trepando la montaña dejando a los osos y otros animales sin su refugio y alimento; los humanos y sus pesticidas que envenenan el agua y acaban con los polinizadores como colibríes e insectos; los humanos y sus máquinas que hacen ruido; los humanos y su fuego, y su humo; los humanos y sus armas que los cazan y los buscan porque un oso mató a su ternera.

 

Una ternera tan valiosa entre las otras 1.399.999 vacas que hay en el mundo. Y sí, seguramente esa ternera era muy valiosa para esa familia campesina que decidió empuñar el arma para cazar al oso porque la ternera no sólo iba a alimentar a su familia, sino que seguramente era su inversión más preciada, era el resultado del trabajo de toda una vida, y esa ternera asesinada de formas terribles por el oso, era la vida de esa familia campesina que decidió empuñar el arma para vengar la muerte de su ternera; pero ese oso que en realidad era una osa y sus oseznos, también eran toda una vida.

 

 

Esa es la historia en Colombia, en India, en Canadá, y en general en este planeta ya globalizado donde nuestras prioridades obstaculizan la continuidad de unos ciclos muy importantes pero invisibles para aquellos que los ignoran. Por eso, nos encontramos en la era del Antropoceno, en la séptima extinción masiva de especies y la primera en la historia de la vida en el planeta donde esta extinción es causada por una especie que lo habita. Las seis extinciones previas habían sido causadas por asteroides, volcanes o excesos de gases tóxicos en la atmósfera.

 

Pero esto no es sólo consecuencia de nuestro desarrollo actual, los humanos, según lo narrado por el historiador Yuval Noah Harari en su libro Sapiens, tenemos antecedentes como aniquiladores de otras especies a nivel local desde nuestra era cavernícola, tanto que de las otras ocho especies de humanos que han caminado sobre el planeta en dos piernas, sólo quedamos nosotros los Homo sapiens-sapiens; territoriales, belicosos, tremendamente agresivos y masivamente gregarios. Los humanos actuales somos causantes de la extinción de al menos tres especies por año, una tasa sin precedentes.

 

Además, se denomina a esta era el Antropoceno porque también somos causantes de la alteración de la temperatura promedio del planeta porque desde la revolución industrial hemos emitido suficientes Gases de Efecto Invernadero - GEI, cambiando la composición de la atmósfera. ¿Cómo sucedió esto? ¿Cómo llegamos aquí? ¿Qué podemos hacer para solucionarlo? Son preguntas que se formulan todos los días maestros, indígenas, ciudadanos y algunos gobernantes que no son ajenos al problema que tenemos enfrente.

 

La inercia de nuestro modelo de desarrollo impide que sociedades en países como China, India y Estados Unidos que juntos suman más del 30% de la población mundial dejen de emitir GEI; y mientras el 80% de la humanidad habite en zonas urbanas todos somos responsables de la minería de metales raros en las selvas más hermosas de nuestro planeta. En esta historia no hay demonios ni dioses, en esta historia hay sólo humanos y su poder de transformación y adaptación.

 

 

Es muy fácil juzgar, culpar o ignorar al ser espectadores de historias como el campesino, la ternera y el oso; o la mina de oro que destruye el páramo. Pero la realidad es que ninguno de nosotros los humanos somos un mero espectador de este Antropoceno. Nos encontramos en un mundo globalizado, en un sistema económico, social y cultural que fluye entre todos nosotros. En realidad, no hay tiempo para la superioridad moral del empresario que compensa falsamente sus emisiones de carbono en Suramérica para certificarse, subir indicadores o disminuir impuestos. Actualmente gracias a la teoría de la evolución y los ecosistemas entendemos que los seres humanos estamos inmersos en un sistema natural y no somos una especie superior a las otras. En esta era no hay tiempo ni espacio para el greenwashing porque la Tierra no necesita que la salven, es nuestra propia existencia la que está en juego.

 

Especialmente porque sí existen alternativas al desarrollo menos impactantes y debemos empezar a utilizarlas masivamente. La Agricultura Regenerativa por ejemplo implica tres principios básicos: el cuidado del suelo, el manejo del agua y el aumento de la biodiversidad. Millones de personas en el mundo producen toneladas de comida con este tipo de agricultura siendo implementada en la permacultura, la agroecología, la agricultura biodinámica, entre otras. La Restauración Ecológica - RE es una disciplina emergente con menos de 100 años de historia, y con apenas 10 años de establecida en Colombia. La RE busca la recuperación de las condiciones originales del ecosistema previas a un disturbio como la explotación minera o la deforestación. Es la prueba de las teorías ecológicas, y con toda la complejidad que su objetivo acarrea, los proyectos de RE han permitido la recuperación de procesos biológicos en millones de hectáreas de hábitats fragmentados o degradados a nivel mundial, según The Nature Conservancy la RE puede llegar a capturar hasta un 35% las emisiones de GEI.

 

La declaratoria de Áreas Protegidas públicas y privadas ha permitido que países como Costa Rica y Nueva Zelanda tracen un camino económico próspero en el Ecoturismo, valorando así los paisajes naturales sin necesidad de su extracción y protegiendo especies de su extinción. Finalmente, como Ecóloga veo en las leyes ambientales colombianas un avance fundamental, desde la creación de la Ley 99 de 1993, el Sistema Nacional Ambiental, hasta la implementación de programas de Pago por Servicios Ambientales - PSA que consisten en remunerar a campesinos que conservan los ecosistemas (con todas las críticas y cuestiones que merecen estos programas desde la sociedad civil) estas leyes y su implementación son el resultado de entendernos como humanidad en estos ciclos vitales.

 

Siendo conscientes de nuestra posición en el planeta, la perspectiva ante estos problemas no debería ser la de un espectador que juzga, sino la de un jugador que pertenece a un equipo. Virar hacia alternativas al desarrollo que protejan y valoren la vida puede dar paso a superar la era del Antropoceno a la Era biológica, como lo propone la arquitecta y médica Neri Oxman del MIT, quien lidera un equipo de investigación enfocado en la biomimética utilizando materiales orgánicos para la construcción de edificios y fabricación de textiles. Las soluciones a estos gigantescos problemas requieren de una filosofía de análisis, reflexión y humildad en la que permitamos espacios de crecimiento para otras especies y recordemos que el único recurso realmente valioso de nuestro planeta es la vida, pues no la hemos encontrado en ninguna otra parte de nuestra galaxia.

 

 

Comentarios: 5
  • #5

    Viviana Marín (martes, 05 septiembre 2023 23:32)

    En esta historia no hay demonios ni dioses, en esta historia hay sólo humanos y su poder de transformación y adaptación.

  • #4

    Mary Lizarazo (martes, 05 septiembre 2023 19:19)

    Excelente reflexión mi querida Maríaclara, muchas gracias

  • #3

    Ada Lucía Otero (martes, 05 septiembre 2023 00:21)

    Excelente reflexión en la que coincido ya que el problema de la sociedad es humano y cultural.
    Y es cada individuo responsable de sus actos frente a las necesidades de su entorno natural en el que estamos todos inmersos.

  • #2

    Oscar Barón (lunes, 04 septiembre 2023 23:24)

    Excelente reflexión sobre cómo estamos inmersos en el sistema natural y cómo no somos simplemente espectadores de la destrucción. Importantes ideas para buscar un modelo de desarrollo más acorde a la capacidad de los ecosistemas y programas de educación para la
    Coexistencia entre especies salvajes y domésticas.

  • #1

    Clara Ruiz (lunes, 04 septiembre 2023 19:27)

    Gracias por estas reflexiones espero lleguen a los estamentos que toman decisiones en todo el planeta,y si, somos jugadores y debemos asumir nuestro rol

 

 

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