El beso: Un elixir curativo
Por Adriana Carrillo Moreno
Abril, 2025
¿Recuerdas el primer beso que diste o te dieron? ¿Los olores, el lugar, la persona y aquello que rodeaba esa sensación condensada en la boca? Tal vez el primer beso que recibimos fue poco tiempo después de nacer, en la frente, mezclado con la sal de las lágrimas que nos daban la bienvenida al mundo. O deseemos llamar primer beso al juvenil, rodeado de deseo y hormonas en cascada, envuelto en nervios, también valentía.
Más allá del primero o del último beso que dimos, sabemos que en ellos hay una gran manifestación de amor. Tal vez eso, y la liberación de oxitocina, la hormona que nos da calidez y conexión, la dopamina, el neurotransmisor del placer, y las endorfinas que son nuestros analgésicos orgánicos que alivian el dolor y el estrés, nos permitan conectar con la vida, hacerla más placentera, logrando un bienestar muchas veces terapéutico y curativo. Incluso el cine nos recuerda, en diferentes versiones, el beso que salva y sana al o la protagonista cuando todo está en la mayor tensión, o cuando muestra un final inminente.
La sensibilidad de nuestra boca es cien veces más poderosa que la sensibilidad de los dedos. Tal vez por eso nuestros dedos y boca tienen tanto contacto, para que la boca estimule un poco más esta sensibilidad de cada yema dactilar. De esta forma, habría una danza entre dedos y boca como un gran tango, donde la boca es la que lleva el ritmo.
La boca está así, cargada de un gran significado y cuando hablamos de ella no solo hablamos de los labios, sino de nuestra nutrición, ya que el alimento entra a nuestro cuerpo por ella, así como sale nuestra palabra, que también puede ser alimento que compartimos con los y las demás. Por eso podríamos hablar de la boca como un gran receptor y dador que nutre a través del beso, del amor del beso, que damos al amante, a nuestra familia, a nuestras crías o animales, incluso a nuestras plantas para que florezcan.
El beso así se vuelve un elixir, una curación per sé, que nos trae a la memoria nuestra animalidad, el ser mamíferos, la necesidad de lamer al otro para reconocerlo, para hacerlo parte de nuestra manada, marcarlo, saborear sus genes, saber que nuestras crías pueden crecer fuertes.
El beso, como elixir, también es una curación de nuestro pensamiento, un refugio de creación que se ve en la pintura, en la escritura, en las artes humanas donde nos inspiramos en el universo de sensaciones labiales que quedan inmortalizados en el papel o en un lienzo. Así, un poema puede crecer fuerte y robusto alimentado de un beso profundo.
Por supuesto, también un beso puede curar nuestro espíritu, ya que nos permite la plena presencia y nos lleva a un acto meditativo, incluso contemplativo que nos conecta con la boca o la piel de otros seres. Nos devuelve esa sensación de sentirnos parte de y no ser unidades separadas o aisladas, nos permite volver al mar de la existencia para no sentirnos tan solos, sino ser esa unidad cósmica y divina que nos compone.
El beso alivia, colma, contiene nuestros cuerpos. Es capaz de diluir un dolor de cabeza, un calambre, un corazón roto, relajarnos hasta el sueño o despertar pasiones intensas.
Por eso, celebrar el beso hace parte de la vida misma. Nos recuerda que la llama sigue encendida y que es necesario cuidarla del viento y del frío para que no se extinga, porque si nos congelamos o perdemos el calor del contacto, perdemos también la capacidad de nacer o de humedecer el bosque diverso que necesitamos ser, para respirar y amar.
¿Qué tal si recuerdas ahora tu último beso o el que quisieras dar en este momento? Celebra la plenitud del abrazo que puedes dar con la boca.
“Dos manos, una boca
una boca que me bese con un dedo
un dedo, eso quiero
un dedo que cuente del cuerpo
de tu cuerpo de palabras
de un dedo entre un cuerpo
mi cuerpo”
Adriana Carrillo Moreno, Bruja Poeta
Henry Casas Gómez (domingo, 13 abril 2025 21:22)
Sí señora, me gusta la poesía de verdad, erótica de verdad, expresada por una mujer íntegra y sensible, que exprese imágenes nobles alejadas de lo ramplón y de los límites grotescos y pasión elemental al alcance de la mano. Éxitos.
ROSAURA MESTIZO (domingo, 13 abril 2025 16:10)
Hola Adriana querida, saludo el día del beso y celebro este hermoso homenaje tuyo a ese andamiaje de constelaciones que se construyen a partir del beso. Gracias.
Leonardo Soler Pérez (sábado, 05 abril 2025 10:57)
Han juntado el aliento y el corazón para saberse, esperarse. Ya pronto, el primero. El anhelado encuentro de sus labios.