Exilios
"Poemas del desarraigo"
Carlos Arturo Arbelaez Cano*
El Arcano Eds., Bogotá, 2024
Abril, 2025
La conciencia de la fatalidad por cuenta de la desmesura de la inteligencia humana, hace curso en nuestra cotidiana búsqueda de los misterios de la existencia. Pareciera que estuviéramos condenados al exilio y, en no pocos casos, al autoexilio, tomando distancia de la realidad con una actitud de indiferencia o de claudicación por lo irremediable de la tragedia. Territorios exuberantes en sus paisajes y sus contenidos biodiversos. Espacios virginales y prístinos, idílicos y salvajes, pero de un realismo sobrecogedor, pues visibilizan la complejidad de la acción antrópica en cuadros y escenas deplorables.
DIATRIBA
Se que por estar triste
no se enmudecerá el reverdecer
de los campos y sus mieses
ni el murmullo del río
ni las noticias de sus peces platinados.
Se que toda esta melancolía
no será estorbo para la felicidad de los ausentes.
No pido mucho en estos tiempos imprecisos,
solo pido un segundo respiro
para retractarme de estas líneas;
no quiero que ellas
sean una diatriba contra un mundo
que exuda muerte y caos.
ECOS DE GUERRA
Cuando escuches el silbido del viento
cortante por la pólvora cruda
y respires la mezcla de dolor y de sangre
de quienes huyen sin reposo
hacia ninguna parte;
cuando te cruces con quienes buscan
el retiro de un exilio o un refugio,
cargando en sus hatillos
congojas y querencias pérdidas,
¡tápate los oídos!,
no dejes que entre a tu corazón
la desmesura de la ruindad humana
que obligue la explosión
de inútil llanto.
POESÍA
Escribir poesía es exponernos,
descubrir abiertas las heridas
y los goces más íntimos al mundo;
todo lo imperceptible de nosotros
sale y se hace visible,
peor aún: comprensible.
Por eso, escribir poesía
es un acto de fe,
de creer en sí mismo,
de aceptación tal cual
y sin prejuicios ni preceptos o conceptos.
Es exhibirnos y sufrirnos en público.
Aceptar la hoguera de la academia,
y las piras de sectas, clubes y cofradías;
el exilio o el destierro, el silencio,
la orfandad de las editoriales,
de la industria del show business,
pero, sobre todo, del ego
que no admite la creación
sino el producto.
LOS FANTASMAS
A Augusto Rendón, grabador, pintor
Los fantasmas preparan sus venablos;
apuntan desde los ojos de las víboras
que retozan en las aguas bermejas
empozada la sangre de inocentes.
También miden sus túnicas para levitar
entre el pavor de los noctámbulos
que a esa hora enrostran la violencia
buscando redención.
Preparan las mortajas para embalsamar,
a las creaturas escogidas esa noche
en el aquelarre de la muerte.
Sin freno, los caballos, galopan narcotizados.
Pájaros y Chulavitas, se embriagan con la sangre
que hace curso en los ríos de la patria.
UN VECINO
Desde la orilla de mi encierro,
presintiendo el crujir de las hojas
bajo los pasos imposibles,
telegrafié a mi vecino,
un amarillo Chicalá,
por la urgencia que tuve de abrazarlo.
Solo me contestó el rumor de sus ramas:
—«Acerca tu mirada a mi follaje
y deja que la alondra
te entregue mis mensajes vespertinos».
EROTICUS 1
El nácar de tu piel
y la luna temblando en el asombro.
Desnuda despertabas,
tu sexo como un faro en la tormenta
orientando mi falo por las rutas
de acuáticos misterios.
Salados musgos en tus profundidades
y el lúbrico panal oculto entre los pliegues,
como una estalactita,
huidiza y rosada al pulso de mi tacto,
descubierta al final para el hechizo.
MATERNAL
Las cuchas
Y su llanto… En silencio su llanto,
consumiendo su rostro y sus mejillas,
navegando a través de inclementes tormentos
más allá de la paz de los sepulcros
más acá del perdón y del olvido.
Urdiendo en el telar de la memoria
quebrantos y episodios, cadena de memorias,
renuncia de violencias o reivindicaciones,
alisando en sus pechos las congojas,
para acunar en ellos
a otro victimario redimido.
ÁCIDO Y METAL
Subversión
Subversión
Subversión
Para voltear el mundo
una voz que destroce los sonidos,
una voz que rasgue la incerteza
del miedo y de la guerra.
Aullar es el signo salvaje
de la raza primigenia.
No es locura.
Es un gramo de ácido
en la ración de la sopa matutina.
Subversión (bis)
Que ellos se embriaguen
con su napalm y su uranio empobrecido.
Subversión (bis)
Nosotros nos drogamos con anfetaminas
con opio y fentanilo.
Flotamos solamente en la ingravidez,
en la burbuja de esta sicodelia
del hedonismo y el nihilismo:
ya no hay futuro.
Subversión (bis).
Es la época del desencanto
Subversión (bis).
Comienza por romper las cuerdas de la guitarra,
deja las marcas del SI MAYOR retumbando
en los oídos de los orates
que deliran de codicia y de lujuria
en las bolsas de valores del mundo.
Subversión (bis).
Consume mucho más,
que suban los histogramas del hambre y la miseria,
de la barbarie,
del marketing del holocausto.
Consume más y más
hasta agotar lo que los dioses
te prodigan con amor.
Acumula
Acumula
Acumula
Hasta que se agote tu grito
en la hartura y el boato.
Solo acepta una pizca de heroísmo
para ejercer con él, o ella, en el amor
la subversión.
Subversión
Subversión
Subversión.
* Carlos Arturo Arbeláez Cano (Colombia, 1953)
Ha publicado cuento, poesía, ensayo y periodismo cultural desde 1985 en revistas y periódicos. Ingeniero y Geógrafo. Se desempeñó en la función pública, la empresa privada y la docencia. Premio Nacional de Poesía Casa Poesía Silva, Colombia, 2022. Segundo puesto Premio Nacional del cuento Caldense, Colombia, 2021. Otros libros: Aconteceres y Nostalgias: poemas Extraviados, 2017; Resumen total de la melancolía: poemas en contravía, 2017; La mecánica del alma: poemas en movimiento, 2023; Paisaje para funámbulos: poemas de la pandemia, 2020; Hablan los muros: poema y resistencia, 2021.