Textos y texturas de la literatura colombiana
Febrero, 2023
Henry Benjumea Yepes
(Villavicencio, Meta 1957)
Filósofo, historiador, catedrático, investigador, escritor y poeta. Licenciado en Filosofía e Historia de la Universidad La Gram Colombia con estudios en Literatura en la Universidad Nacional de Colombia y de maestría en Lingüística y literatura hispanoamericanas en el Instituto Caro y Cuervo. Especialista en Docencia Universitaria de la Universidad Iberoamericana y en Gestión y Planificación del Desarrollo Urbano y Regional de la ESSAP. Ex docente de las universidades Externado, Central, Libre, La Gran Colombia e Incca de Bogotá; fue director de posgrados de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Acierta y a Distancia. Ex asesor de Educación y Cultura de Corpes Orinoquia y de la Universidad de los Llanos. Conferenciaste en temas de historia, cultura, literatura y desarrollo regional. Colaborador de varias revistas universitarias. Coordinador de talleres sobre historias locales, competencias básicas, y nuevos modelos de lectura y escritura. Director del Taller de Escritores de Entreletras en Villavicencio y ex director del Taller de San José del Guaviare perteneciente a la Red Nacional de Talleres de Creación Narrativa, Renata. Autor de los libros: Literatura llanera: aproximación histórica y crítica (ensayo), Los niños también cuentan (ensayo), Reconstrucción (poesía), En los ojos de un caracol (poesía).
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Poesía
De reconstrucción
tensión y pretensión no son la misma cosa
integrar de nuevo el mundo
liberar a la cosa del concepto
acercarse a la nuez
para ampliar el universo
enfrentar la realidad a lo real
nombrar esta mesa, este perro
este agujero
calentar este pozo de hielo
que amordaza
que agrava sin querer
la ansiedad
el desvarío
devolverle los ojos a la carne
la carne al hueso
el hueso al hombre
romper el espejo
que engaña y enturbia la mirada
volver a la tranquila indiferencia del adicto
el poeta y la muerte
unos dicen que anda vestida de novia
regalando besos y poemas
a los perros callejeros
otros, que cansada del barrio
cultiva ahora sus jardines
de cardos y trupillos
el poeta
la anda buscando
por las callejas del pueblo
lleva abarcas trespuntá
y una sonrisa enorme
para apaciguar borrachos
anoche la encontró de repente
tirada en una acera
el poeta
sabio pendejo
la levantó con sus manazas
de niño bonachón
la aderezó con veraneras
y se fue a danzar con ella
a las riberas del Guatapurí
venganza
por cada árbol
un verso
por cada ave
un verso
por cada hombre
un verso
hasta la tarde aciaga
en que a la pluma
le arrebaten su mano
voy a regar con mis versos
esta sabana triste
voy a entorchar el hilo de mis voces
para prestarle forma a las palabras
voy a increpar a Dios desde el otero
para que me responda por sus actos
desde hoy y por siempre
voy a morir de sangre
voy a morir de cierto
¿es esta mesa de la misma materia que ese arco iris?
la mesa se concentra en aquietarse mesa
y el arco iris se disipa en la concentración
la mesa tiene un hacedor; y el arco iris
se podría decir autopoiético
a fe participan de la misma esencia
pero el ojo anda atento a la engañifa del suceso
que se resiste a la efímera existencia
y se obstina en ser real
a medida que me adentro más en uno
el otro, inasible, se me escapa
soy un poco más mesa y menos arco iris
y a veces viceversa
donde se estrecha la intuición
aparecen la disección y los teoremas
donde no llega el escalpelo de la ciencia
resurge con vehemencia la poesía
¿proceden acaso de igual forma
el hachero y el joyero?
como ven la pregunta no es inocua
y yo soy un amateur en el oficio
tiempo perdido
todas las cosas se han dicho
pero nadie las escuchó
de modo que estamos
de nuevo en el principio
"en el principio
era el verbo
y el verbo
se hizo carne"
por fortuna
además de sordos
somos vegetarianos
sorpresa
tengo una mujer curiosa
ha revolcado casi todo
pero sigue insistiendo
aunque no sabe lo que busca
continúa insistiendo
un día de estos me encuentra
penélope
mi fidelidad
es a toda prueba
cuenta la historia
pero nadie sabe
que quien me trajo
la primera madeja
conquistó mi corazón
desde entonces tejo de día
y destejo de noche
la senda inevitable
que me lleva a sus brazos
De En los ojos de un caracol
Sueño 4
La primera cuchillada
casi me degüella
desde entonces
aprendí a vivir
al filo del cuchillo
Amor
Ahora que tu ausencia es la marca de mis días
tus ojos oscuros los faros de estos desiertos
y todo huele a ti más de lo que espero
ahora, que es verdad el verano
y todo, todo sabe a ti
ahora, que estas lágrimas
extrañan el aroma de tu risa
ahora, amor, en esta tarde de domingo
que es cierta la hora de la muerte
y todo lo que toco te recuerda
cavaré una fosa en tu costado
para que comprendas la espera
Dios
Dios es infinitamente
grande y poderoso
cuando se despereza
tiembla en Chile y en Haití
su bostezo
provoca un ciclón en el Caribe
y tres tormentas tropicales
su estornudo
un tsunami en Pakistán
los hombres regurgitan oraciones
e imploran su presencia
Hace siglos duermo en los ojos de un caracol
Cuando se tiene sentido del odio
seguro se puede decir algo
a mí me hace gracia
que el universo se vuelva loco
que repercuta estruendosa la sonrisa
me gusta masticar palabrotas
imaginar los peores imposibles
Compañía 01
“…estar contigo es estar solo dos veces, es la soledad al cuadrado…”
Fito Páez
No me entran las matemáticas
imposible sumatoria
de los siglos
que he callado
pero cuando estás ahí
y alucinas mi suerte
soy
exactamente
la raíz cuadrada
de tu asombro
Vivo 03
No sé qué es la vida
va conmigo a todas partes
con su asombroso
silencio comprensivo
cuando insinúa su redondez
sorprendo
en su inocente astucia
la complejidad simple
sin premuras
de la inercia
la esperanza del anciano
el afán tenue del niño
las preocupaciones fugaces
de los jóvenes
una leve sensación de no ser
y la inexpugnable certeza
del vacío
Abuela
Mi abuela se sienta
con los pies hacia delante
y los ojos hacia atrás
lo ve todo
sabe que soy un hombre triste
que se esfuerza
para encontrar
alguien con quien conversar
no le gustan mis anteojos
ni mi peluqueado
ni mi mujer
pero calla
seguro
espera que yo
un día
aprenda
Persistencia
Mi estado primigenio
es polvo, es viento y es sospecha
soy la ecuación que me predice
mi burla
mi vómito
mis odios ancestrales
Soy la cadena que nunca se revienta
un remache que duerme en el costado
la insinuación aferrada a la penumbra
soy tres panes, tres truenos, tres legumbres
la interrogación que se sienta en la mirada
soy una brizna, un bosón, una calumnia
una tenue hinchazón de la teoría
soy el axioma
en fin
la duda
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Cuento
Bogotá, mayo de 1989
Apreciado David
Me tomo el atrevimiento de enviarte este pequeño relato que encontré entre mis pertenencias. No recuerdo si yo lo escribí, pero es posible. La razón por la que me decido a confiarlo a sus manos es que me parece pertinente a nuestras últimas charlas. Confieso que siento pavor al hacerlo, pues es como si enviara un hijo a la guerra, abandonado a su suerte y sin entrenamiento previo. Sin embargo, se que es una guerra justa e inevitable y si ha de morir en combate, lo único que espero es que no inspire clemencia.
El autor
Confesión
En mi último viaje a Villa Nueva la Antigua encontré, en su no menos antigua biblioteca, un viejo manuscrito redactado con esmero y, aparentemente, sin ninguna prisa. Más bien con desgano. Como cosa curiosa en este tipo de hallazgos, todas las hojas se encuentran numeradas y, cosa más curiosa aún, completas. Al contrario de muchos documentos similares, éste no trae ninguna indicación acerca de lo que debería hacerse con él. Así que, sin más preámbulos, lo publico. Se que es improbable que estas páginas se lean, por lo menos mientras viva, y por lo tanto seré fiel a la verdad aunque sea tachado de loco. Para un muerto tal cosa no tiene importancia. Hace veintidós años me encuentro voluntariamente alejado del mundo, escribiendo la novela que revolucionará las letras. No por el tema, pues no hay tema novedoso, sino por la forma en que la escribo. Con mis personajes, en constante diálogo con ellos, escuchando sus opiniones, respetando sus ideales; cambiando partes con las que no están de acuerdo, eliminando párrafos y hasta capítulos enteros que les resultan aburridos o que, sencillamente les desagradan. A lo mejor no es tan original hoy, pero ya he dicho que llevo veintidós años de encierro.
Hace unos tres años Julián, sobre quien reposa la mayor responsabilidad de la novela, viene mostrándose hostil y refunfuñón con el trabajo. Trato de entender: un hombre condenado a encierro forzoso veintidós años... pero la verdad es otra: hace cuatro años conoció a Marcela en una fiesta de disfraces. Julián, prototipo de hombre jovial, gozador, conocedor de mundo y de mujeres; infiel por naturaleza y soltero por convicción; enemigo de compromisos; burlador de doncellas y no doncellas; amigo de hacer bromas insignificantes a costa de los enamorados y no tan insignificantes a costilla de los casados, el mes pasado se me acerca y me dice: mi querido amigo, debe usted tachar o, en su defecto, enmendar las últimas páginas pues, en vez de trasladarme a La Capital, me caso con Marcela. ¿cómo que te casas? ¿y quién eres tú para decidir si te casas o te embarcas? ¿Don Quijote, en su locura, se rebeló contra Cervantes? ¿Joseph K. Contra Kafka, aunque tenían sobradas razones? Y tú vienes y me dices tacha, borra que me caso, olvidando tu ser. Julián se mesó los cabellos y se mordió los labios hasta sentir su sangre y aunque no dijo una palabra, no era difícil saber que algo planeaba.
Este incidente me impidió seguir escribiendo y habría seguido así de no ser porque descubrí el manuscrito revuelto y corregido en lo concerniente a la vida de Julián, con un capítulo adicional: LA BODA. Allí se describía los pormenores de la ceremonia, lo felices que estaban los novios, la calidad y hermosura del vestido de ella, la elegancia de él y otros detalles de menor importancia. Para que no quedara duda, sobre la mesa reposaba un recorte del periódico en el que aparecían los novios de cuerpo entero, sonriéndole a la cámara y, a través de ella, al mundo. Pero yo sabía muy bien a quien le sonreían. Afortunadamente el manuscrito estaba allí, así que estábamos de nuevo frente a frente, sólo que ahora el energúmeno era él: ¿cómo te atreves, qué clase de hombre eres, qué haces con mi vida? Si no estás de acuerdo, búscate otro y déjame en paz.
Marcela es importante porque fortalece la personalidad de Julián, porque lo afirma en sus valores. En otras palabras, ella no tiene peso narrativo, es sólo producto de la casualidad: en la fiesta se le cayó el antifaz. Antesdeayer, en un vuelo de rutina, el avión en que prestaba servicio perdió el control y fue a estrellarse contra la montaña. Ayer, después de las exequias, de las manifestaciones de condolencia y del consabido pésame por su muerte, fui a la fonda cercana a celebrar mi victoria. Al llegar esta madrugada, embotado de alcohol, hallé unas extrañas manchas como de tinta indeleble. Julián había escrito que no podía soportar la vida y que, por lo tanto, con pulso firme se había bebido un frasco de cianuro. Lo de indeleble no tiene nada que ver con la tinta ni el papel. Nada de lo escrito es imborrable ni inmodificable.
Ahora, releyendo el texto con tranquilidad, lo encuentro estúpido, sin sentido, una necedad; la mayor necedad que un hombre puede cometer. Tanto tiempo hilando tramas, inventando situaciones, tratando de desentrañar lo imposible, afirmando cosas para que perduren y de repente, en un instante, un ratoveneno, todo se esfuma. Sólo quedan palabras, cenizas de palabras, aguatinta. Porque, dígame usted, si quisiera suicidarse, ¿tendría necesidad de explicar al mundo su decisión? ¿se paralizaría el tráfico por su causa? ¿algún escritor colgaría la pluma? Es más, si quisiera improvisar una explicación de su acto, por descabellada que fuera, sería aceptada. Pero la novela, ¿no debe ser congruente? ¿puede matarse un hombre por una mujer que desconoce? Pensará usted que me ahogo en un vaso de agua pero ¿le parece bien que resucite a los muertos como si fuera Dios? Deshacer una boda... todavía, pero resurrecciones... Confieso que siento admiración y hasta un poco de envidia por los que juegan a dioses y son capaces de hacer y deshacer a su antojo. Pero yo no puedo, no quiero, no sabría hacerlo.
El resto del manuscrito es una larga reflexión sobre lo que Duay llama (arte) así entre paréntesis, de escribir que, más que aclarar oscurecería los puntos claros de la historia. Por lo tanto, me tomo la libertad de omitirlo.
Esta noche después de la cena
¿Le contaría? Por qué no si es mi mujer mi confidente la persona que más sabe de mi vida la misma a la que le conté mi relación con Carlos. ¿Carlos, tu mejor amigo? Sí mi amor, Carlos, mi mejor amigo, ¿no has pensado que no existe casi ningún nombre que no contenga una letra de la palabra Carlos?
Siempre era así, después de una confesión como esta, salía con un apunte simple, cualquier pendejada para distender el momento y ella se quedaba callada, a mi lado, porque esas cosas sólo se las decía cuando íbamos para la oficina, para estar seguro de que me escucharía. Así le conté lo de la venérea que casi me mata por andar culiando con Julieta, a la que todos se comían en el barrio, y ella abriendo los ojos ¿a Julieta, la muchachita que trajeron de Líbano a estudiar diseño y confección? Sí, mi amor, esa misma. Maldita sea este hijueputa semáforo de mierda ahora me toca aguantarme esta caterva de malparidos pordioseros desplazados vendedores de productos chiviados de todas las marcas porque pal rebusque si somos buenos ¿nuan pensao que pacabar con el desempleo nues sino instalar semáforos hasta en la mitad de las cuadras pa vender el producto nacional? No, gracias, señora; no, gracias; no, gracias; dejá el parabrisas quieto no ves que está limpio, negro hijueputa. Hey, costeño, vendeme ahí medio de culait pero rápido que ya cambió esta mondá, si seño, claro seño, son doj mil barritaj, sí, mi amor esa misma, la caribonita, quien iba a pensar y también le conté lo de Claudia ¿Claudia, mi mejor amiga?, qué podía hacer, la carne es débil, recuerdo que te dije, o cualquier pendejada por el estilo, no me vengas con filosofías baratas, recuerdo que me dijiste, porque eso no tiene justificación.
Pero esto es otra cosa es como un remordimiento anticipado como una piedra en el zapato caminás tratando de acomodar el pie andás una cuadra hasta que tenés que parar. Te sacás el zapato lo sacudís volvés a calzártelo pero la piedra no desaparece cómo estás de ramplón hoy qué le vas a hacer hay días sí esto es otra cosa cómo le voy a decir que tenemos a su papá desde hace tres meses y diecisiete días; que estaba planeado desde el día en que llegué de mi pueblo porque se me fue la mano con los viejos; que estaba condenado por bocón por sapo por hijueputa; cómo le voy a decir que lo nuestro fue parte del plan; que necesitaba estar cerca, apoderarme de sus cosas ella incluida; cómo le digo que anoche fui a visitarlo
¬–me van a matar ¿no es cierto?
–
–prefiero que seas tú
–
–¿me estás escuchando? Sé que me escuchas, aunque no digas nada. Prefiero que me mate un pariente, no quiero quedar con la cara de asombro de los que no saben quien los mandó de viaje
–deje de decir pendejadas, qué más da quien sea, al final es lo mismo, ¿no?
–parece, pero no. Eso lo tengo claro y es un favor que te pido.
–
–un último favor. No le digas nada, que se entere cuando sea el momento. Y no te sientas culpable. Es la vida.
Es fácil recomendar no decirle nada cuando se ignora que mañana será el día, que antes de las seis debe estar terminado el asunto; el asunto, como si fuera un negocio más ¿y no lo es? las cosas de la vida eso era lo que me decía recuerda yerno que todo en la vida son negocios y hay que tomarla así unas veces se gana otras se pierde y otro hijueputa trancón ahora qué pasó estos malparidos taxistas y los tarados que no sueltan el pito mejor pongo algo de música para amainar este bullicio es esta mi canción de despediida será lo mejor para los doos/ pues no soy el dueño de tu viida…a quien putas se le ocurrió que Colombia es vallenata y que todos tenemos que escuchar esta mierda claro que tengo cidis y aipod y un mp4 de cuatro gigas y todos los chismes que uno compra sin saber para qué como no sea para chicanear con los amigos me compré una de cuatro gigas marica le caben cuatro mil canciones once días de música le podés dar dos veces la vuelta a Colombia y te sobra música ¿y qué pedorro? me meto uno bien taquiao y viajo a donde me dé la gana y escucho la melodía que me salga de los cojones menos mal que el chupa ya acabó de hacerle el parte tan bacano hacerle el parte al busetero dizque por sobrecupo parce no dejan trabajar estas gonorreas está bien pero hacele che que todos tenemos problemas yo por ejemplo y este boludo que no suelta el claxon y me tiene con las pelotas hinchadas un día de estos me levanto Klin Isuod y les vuelo la mierda a todos estos pelotudos hijos de su madre.
La cara que va a poner si se lo digo lo berraco es que no sé como decírselo va a voltear despacio como si estuviera soñando entornará los párpados en señal inequívoca de que no entiende nada y me dirá con una voz cansada ¿es cierto, mi amor? dime que no lo es que es una broma de esas que me gastas de vez en cuando y yo conduciendo como si nada concentrado en la vía con estos trancones de mierda esto era lo último que me faltaba no puede ser ohmaigod lo cogí de frente al perrito espérame aquí voy a ver que puedo hacer levantar el animalito con cuidado abrir la puerta trasera acomodarlo despacio no importa que manche el asiento total aquí nomás está la clínica veterinaria para animales de todas las especies así dice el letrero para animales de todas las especies doctora arrollé a este pobre perrito sí doctora lo que sea cúrelo yo paso más tarde gracias doctora no importa doctora lo que haga falta doctora volver al auto y hacerme el pendejo. Recuerda que me quedo aquí, sí mi amor chao, estuviste muy callado todo el trayecto como pensativo con voz recriminadora ¿habrá notado algo?, esta vez con voz suave aflautada ¿no crees que tenemos que hablar?, sí mi amor tal vez esta noche después de la cena. La vida es una mierda uno nunca sabe cómo termina dios cuánto la amo salió como canción. Seguir conduciendo solo hasta la oficina menos mal que es cerca muy güenas dotor, tiene usté muy güen semblante dotor sonrisa complaciente de qué va usted a saber de semblantes perro malparido por qué mejor no cierra esa jeta de una buena vez ascensor y Martha preñada tejiendo y hablando buenos días dogtor se ve que le ha ido muy bien al dogtor y ¿cómo está su esposa dogtor, sabe algo de su suegro?, bien, no se sabe nada, gracias otra sonrisa forzada que quiere decir ojalá el parto la deje muda zorra chismosa oficina y Yuly sonriendo no han notado que todas las peladas ahora tienen nombre con igriega Yuberley Cindy Cathy Stephany Mileydy Yurany Yulycyta sonriendo con sus nalgas y sus tetas recién estrenadas buenas doptor hoy va a ser un día epselente por la cara de ángel que trae el doptor.
–¿Yuly?
–sí doptor
–no me pase llamadas, cancéleme todas las citas, no estoy para nadie
–¿y si llama su esposa?
–que prepare una buena cena.
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Contacto con el autor:
Henry Benjumea Yepes
benjumeahenry@gmail.com
Gustavo Quintero (jueves, 23 febrero 2023 14:01)
Excelente, maestro!