Leyendas urbanas
Por Rubén Pinzón
Noviembre, 2023
“Leyendas urbanas” es una serie fotográfica inspirada en el entorno cercano de los estudiantes, como estrategia para generar reflexiones sobre hechos, lugares y personajes que afectan el buen vivir y la sana convivencia en el barrio, la localidad y la ciudad, el punto de partida es la creación literaria con los estudiantes, haciendo una aproximación a la estructura y lenguaje propios de las leyendas del folclore colombiano.
El proyecto se desarrolló en el Colegio Gerardo Paredes (IED) de la localidad de Suba, participaron niños de los grados 4 y 6, con edades de 10 a 14 años, quienes estuvieron en el centro de interés de Fotografía de la jornada escolar complementaria (JEC) con mi participación como docente formador. Se inició con una etapa de diagnóstico, con el propósito de identificar el contexto, las afinidades, expectativas y necesidades de los estudiantes. El dialogo libre y espontaneo, ejercicios de entrevistas, exposiciones orales y actividades detonadoras evidenciaron el interés de los niños y niñas por conocer más sobre los mitos y leyendas de Colombia, adicionalmente salieron a flote personajes y experiencias dramáticas presentes en el entorno cercano, que con el tiempo fueron tomando forma de relato con las características de una leyenda.
En principio, lo que se hizo fue darle nombre a los personajes, fue así como surgieron “El chirrete sin cabeza” “La mechuda borrachina” y 6 títulos más que componen una serie de 8 protagonistas de nuestras “leyendas urbanas” luego se conformaron equipos de trabajo para proponer las historias y socializarlas ante sus compañeros, posteriormente se logró la versión final con el concurso de todos los estudiantes, es decir que cada relato se debe a las ideas, experiencias e imaginación colectiva. De esta manera, terminó la etapa de preproducción para la toma fotográfica.
Para la etapa de producción, los estudiantes conocieron la técnica de pintar con luz, realizaron una serie de experimentos rayando en la oscuridad, explorando distintas posibilidades para crear colores, texturas y formas fantásticas pertinentes para representar personajes fantasmagóricos, dramáticos y expresivos. Definida una estética, se procedió a realizar la serie, después de un proceso de aproximadamente 5 meses de preparación. Los personajes de las imágenes fueron interpretados por los mismos estudiantes, un hecho que le confiere mayor dramatismo a los relatos, puesto que son la visión distópica de una sociedad que confía su futuro en los niños, sin embargo, no ofrece las condiciones para el buen vivir y la convivencia pacífica de los menores.
Fue evidente el interés de los estudiantes por aprender nuevas posibilidades estéticas y expresivas que ofrece la fotografía, adicionalmente, descubrieron el potencial creativo para contar historias inspiradas en su realidad y la de sus semejantes. Pese a su corta edad, fueron niños y niñas muy receptivos, participativos y entusiastas, con la necesidad de exteriorizar una faceta de la realidad que a veces no se identifica, se naturaliza, o se evita en las conversaciones con quienes configuran su entorno por temor, vergüenza o la indiferencia del otro.
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