Nuevas voces de la poesía del Caribe colombiano:
Lila Martina Galván Ortega
Por Redacción editorial
noviembre, 2024
Lila Martina Galván Ortega nació en Montería el 8 de mayo de 2008, vivió su infancia en la vereda de Carrizola, perteneciente al corregimiento Bonito Viento del municipio de Tierralta. Realizó estudios de primaria y cursa secundaria en la Institución Educativa Inmaculada Carrizola, donde se enamora de la lectura y escritura. En 2022 inicia sus primeras producciones escritas como pasatiempo y requerimiento en actividades escolares. En 2023, en compañía de su amiga y compañera Luisa Oviedo, inicia su primer intento de novela Laberinto de Secretos (aún en producción) para la plataforma Wattpad; un libro dividido en tres partes que encierra una realidad impregnada de fantasía, describiendo situaciones de su contexto enmarcándolas en elementos fantásticos.
En abril de 2024 gana el concurso de microrrelatos de la Institución Educativa Inmaculada con su producción titulada "El Silencio" y en este mismo año gana el concurso de poesía en la misma institución La Ciencia y La Tecnología Entre Rimas y Versos con su poema “Lo que nadie dice de ellas”. En octubre, su poema "Sirenas de río" es escogido para fondo de audio inicial para el video documental del programa Pinceladas de paz realizado en su misma institución educativa con el auspicio del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
Actualmente es una poeta en construcción que se dedica a escribirle a todo lo que ve y aprecia. Sus objetos poéticos son principalmente personajes construidos como retrato de varias personas de la vida real que amalgama para consolidar su inspiración, basada especialmente en las luchas y tristezas de personas relegadas o menospreciadas, que esconden encantos, virtudes y misterios que ella ama desentrañar y presentar de forma poética y en ocasiones un poco lúgubre o triste.
Les presentamos una selección de tres poemas de Lila Martina Galván Ortega:
Lo que nadie dice de ellas
Sacan la alquimia de sus entrañas,
de sus venas.
De las plantas
sus bebidas.
Conjuran la química,
la física
y el toque lo da la filosofía.
En el revolver de la olla,
las burbujas forman la atmosfera,
donde se puede ver lo más recóndito de nuestro ser.
Con sus capas largas,
pelo alborotado,
extensas faldas.
Se apoderan de la noche.
Forman y desarman compuestos,
resuelven las ecuaciones del universo,
miden con sus manos el tiempo y el espacio,
toman la forma de madre naturaleza:
Son árbol,
son rana,
son caballo,
murciélago,
gato,
abeja,
hierba,
aire,
agua.
Ellas dividen los átomos,
ellas giran en la órbita del mundo.
Saben lo conocido
y lo desconocido.
Son el fuego que las derritió,
son la historia que no se contó
y sobre todo
son las guardianas de las plantas, de sus poderes.
Comprenden el mundo y lo dejan ser.
Creadoras de vida,
aprecian la misma.
Miran más de lo que se puede ver.
Y en el gran infinito
ellas se dedican a leer,
a contar sus historias en susurros,
a narrarle a un mundo
que las enterró
por miedo a ver
El poder que una mujer puede tener.
La llorona
Se tiñe funesto el cielo,
y su mirada se pierde en el vacío.
Una lágrima inunda su alma y por las noches,
ella canta
Susurrando su dolor en la penumbra,
cuenta las pesadillas que la vida le regaló
Y en la sombría tarde,
escribe entre los baches
su agonía.
Y el llanto de un bebé,
retumba en los edificios y las aceras.
Ella lo quiere abrigar en
sus recuerdos.
Vaga en la soledad de las tumbas,
de los habitantes de las calles.
Y sus lamentos estremecen a los muertos
olvidada por los santos,
ha de entregarle su alma
a las tinieblas.
Busca en los enfermos desechados,
en los huerfanitos,
escarba en la tierra,
entre la basura
y las ratas.
Susurra entre lamentos las canciones de cuna,
y en las madrugadas de sus soliloquios,
ha de añorar
a sus retoños.
Busca desesperada en los horrendos hospitales,
en las morgues,
en las lápidas
Suplica al cielo,
ruega en silencio al que era su padre,
pide de rodillas.
Nunca obtiene respuesta.
Y como alma en pena buscó en las oficinas
pedía todos los días respuestas.
Nada…
¡Y sigue llorando!
¡Desangra su alma!
Ya no le queda nada,
y entre la llovizna y sus ruegos
su cordura también la dejó.
Toma su dolor
lo entierra
y ella
se va con él.
Hijos de las calles
En las tardes se escucha el arrullo de la vida,
en la noche divagan fantasías.
En la mañana las pesadas ganas de existir.
cada una con su momento y razón…
Y entre el bajo y delgado hilo del existir
están aquellos que enterraron sus sueños,
se perdieron en otro tipo de fantasías.
Ya no sienten el arrullo de la vida
se mecieron con el viento,
se fueron en la dirección errada,
tomaron un camino…
No el mejor.
Aunque ellos con sus pocas fuerzas
construyeron un muro que los aisló
de los prejuicios,
la tormenta de una dura realidad lo derribó,
les cayó encima
aplastando todas sus esperanzas.
Ahora son las almas que tienen las mejores historias.
Esas que de su miseria resaltan,
esas que de su agonía comen.
Aquellas almas,
guardianes de las calles
y los sueños masacrados por la vida
aquellas almas que empujaron al abismo
y que ahora en el andar de sus pisadas
su tiempo se les escapa
se hace más escaso
se va esfumando
se va.
Con la planta de sus pies descalzos
dejan marcas en las calles
en los suyos
en su solo existir…
Aquella locura que entre el mugre y olor se esconde
es la más hermosa de todas
cuenta su vida en silencio.
Sutilmente se escabulle en sus barbas largas y mugrientas
en sus labios secos y casposos
en su cabello enmarañado
en su atuendo lleno de los impactos de la vida
y, sobre todo
en sus miradas
aquellas que se pierden en el frio de la madrugada
en la bruma de su hambre
en lo pálido de su cuerpo
en el marcado de sus huesos
Ellos
aquellos exiliados de la vida
Esos que el destino como dicen
-Les jugó una mala pasada-
aquellos que Dios no quiso
aquellos donde las historias quedan enterradas
en una triste ciudad.
Donde unos nunca han de apreciar
el verdadero arte de la soledad
el verdadero arte de estar loco
y a estas almas
solo las mira la noche,
los sombríos edificios
las aceras desgastadas
y un abrazo solo se los da la muerte.
Onely Ortega cabria (jueves, 21 noviembre 2024 17:29)
LILA GALVÁN ORTEGA Una niña que vi crecer entre el silencio y el miedo en una vereda de polémicos conflictos de orden público, pero resiliente a la vez que tuvo la virtud así lo considero yo, de poder culminar sus estudios secundarios sin tener que emigrar a otra ciudad colegio que le ha dado la oportunidad de desarrollar su gran talento tal vez heredado de su bisabuelo, talento al que admiro y respeto. Me siento orgullosa de pertenecer a tu familia. Cuenta con mi apoyo cuando requieras.
Guido Antonio Padilla (miércoles, 20 noviembre 2024 19:41)
Lila Galván, estudiante destacada de grado once en la Institución Educativa Inmaculada Carrizola, ha demostrado su talento y pasión por la poesía desde muy joven. Como su profesor de quinto grado, tuve el placer de ver crecer su dedicación y compromiso con sus estudios.
Hoy en día, Lila se perfila como una prometedora poeta, habiendo compuesto varios poemas que reflejan su sensibilidad y creatividad. Su logro es aún más notable considerando su corta edad y su posición como estudiante de grado once.
Me siento orgulloso de haber contribuido a su formación y de ver cómo ha crecido como persona y artista. Lila es un ejemplo inspirador para sus compañeros y para la comunidad educativa, demostrando que la dedicación y la pasión pueden llevar a grandes logros.