Liliana Moreno Muñoz (Bogotá, 1974)

Poeta, ensayista y directora artística de Saraswati - Artes Integradas, cocreadora y gestora de la acción poética internacional Al aire libro. Ha llevado a cabo diversos proyectos de creación artística individuales y colectivos, entre los que se destacan los guiones para teatro “Literatura sáfica” (2006), “La Divina con medias” (2013) y “Tríptico del fervor” (2015). En 2015 publica su  libro, “En lengua de bruja”; con el libro “Sobre la arena de los relojes rotos” obtiene una mención  en el Concurso Paso al arte del Instituto Distrital de Cultura y Turismo (1998). Sus poemas, cuentos y ensayos han sido publicados en diarios y revistas nacionales e internacionales, en las antologías “Inventario a contraluz” (2000) y “Oscuro es el canto de la lluvia: antología de la nueva poesía colombiana” (1998), “Diez mujeres le cantan a la tierra (2014) y “Voces de tinta”, publicada en México en 2016.

 

 

Poemas de Liliana Moreno Muñoz, incluidos en el libro “En lengua de bruja” (2015)


 

…PÁJAROS DE SANGRE

 

Amanece en mi cuerpo.

Afilados rayos del sol

cruzan las ramas celestes

y trinos caudalosos

brotan de los nidos.

 

Soy el fango que cruzas,

el viento que asciende

tu espalda vegetal,

secreto revés de la piel,

nervadura de hierbabuena.

 

Tu erizado plumaje de arpía

borra los mundos, los muros.

 

Se hunden las miradas

en la luminosa cabellera del día

como semillas del grito original.

 

 

 

MAL – DECIR

 

Escribo calcinándome las manos

para enviar señales de humo.

 

Alguna ceniza en tu ojo

dirá, por fin, lo que mi palabra no alcanza.

 

 

  

DELIRIO

 

En el espejo del universo

una lengua infinita busca

el  sabor del grito original.

Lo imagina rojo ají, honda promesa.

A su ausencia se ciñe

fabricando la noche,

que a este lado estalla,

cuando tus ojos pronuncian

un bosque.

 

 

  

IMPULSO

 

Ni los dedos que fabrican el color

de las flores con la luz del trueno,

adivinarían el secreto del canto

que mana de la roca, agudo y frágil

como flor en el pantano.

 

Hechizada en el estribillo perpetuo,

la noche se bebe el lago.

 

 

 

HALLAR EL PRESAGIO

 

Entre mis brazos,

la ira de la ahogada,

su deseo de incendiar

las altas cometas

del impasible agosto.

 

Alguien me ha visto,

de lejos,

y ofrece a mis labios

el filo de una aguja

enhebrada de secretos.

 

Frotar de piedras,

huir de tarde,

arrastro en mi carrera

un hilo que se enciende.

 

 

 

ECO EN LOS HUESOS

 

Bajo fúnebre canción de cuna,

fluyo caudalosa

sobre la altísima torre

hecha escombros

donde yace el tiempo

mutilado y yerto;

aquí arrastro un brazo suyo,

el cielo añejo de una tarde,

el cántaro roto

y el helado caldero.

 

 

 

7

 

Beso en el agua,

codos al cielo.

Oigo el salvaje ascenso de la pena.

 

Entre mis ojos,

una galería de gritos congelados.

 

Palpo los bordes

del antiguo estanque, de la flor.

 

Sospecho una ausencia.

 

Confirmo: me he quedado sin rostro.



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