Diciembre 2018 - Enero 2019
Nuevas Masculinidades
Identidad y Género Masculino
Yo no soy Ken para decirte si eres Barbie o no, yo no soy Alejandro Magno, ni El Ché, ni Genguis Khan, ya no creo en soldaditos de plomo, ni en el príncipe azul, ni en el cuento de Adán. Yo no soy redentor, ni soy Superman, ni soy el Zorro, ni soy Tarzàn. Ya no creo en conquistadores, ni meros machos ni en el mito de Don Juan.
EL HOMICIDIO ES JOVEN, Y MASCULINO dice una investigación adelantada por el Sistema unificado de información sobre violencia y delincuencia de la secretaria de gobierno dada a conocer hace unos días. La distribución de tareas y roles en función del sexo ha sido una de las causas principales de inequidades entre los géneros.
En este sentido, la feminización de la pobreza, es un fenómeno cada vez mayor, si se considera el número de mujeres en las áreas de menor productividad o en la informalidad, las largas jornadas laborales, las responsabilidades domésticas, los bajos salarios y la pérdida de derechos laborales que incluyen la no contratación por razones de embarazo o de lactancia.
Según el DANE, el desempleo de las mujeres (20,0%) es 6,1 veces mayor que el de los hombres (13,9%); en el sector informal urbano, la mujer pasó de 43% a 50,5%; para el 2016 el total de mujeres con niveles salariales iguales o menores al mínimo legal era del 42,4%, 8 puntos porcentuales más que los hombres (34,5%).
A este mapa de inequidad hay que agregarle un creciente panorama de exacerbación del maltrato a la mujer y de feminicidios, que a pesar de reivindicaciones legales de organizaciones defensora de los derechos de las mujeres siguen gozando de impunidad, en muchos casos por la falta de denuncias de las víctimas.
Y QUE HACER ?
Los estereotipos de lo que debemos ser mujeres y hombres, nos determinan desde que nacemos y son el padre y la madre quienes desde la cuna, nos inducen a una manera de ser y parecer, de jugar y de ejercer responsabilidades en casa. Las labores domésticas casi siempre se asignan a las niñas. Incluso pasan por los cuentos infantiles de princesas y príncipes azules y ahora por muchas de las series de televisión.
La música no se queda atrás como instrumento de circulación de los prototipos del ser macho y ser hembra. Para no ir muy lejos, el Reggaeton se ha instituido entre los jóvenes particularmente como un modelo de percibir la sexualidad y el ser hombre o mujer.
Aunque las dinámicas comunicacionales globalizadas y digitales están permitiendo la construcción de una conciencia crítica frente a las inequidades, es fundamental traspasar el terreno de la liberación de la mujer y sus reivindicaciones y comenzar desde los hombres a plantearnos alternativas de cambio.
NO SER MAS MACHOS SINO MEJORES HOMBRES
Si tomamos las preguntas propuestas por el investigador Sam Keen en su libro Ser Hombre, mitos y claves de la masculinidad. “Hay dos preguntas que un hombre debe hacerse para crecer. La primera pregunta es: ¿Cuál es mi camino y hacia dónde voy? La segunda pregunta es: ¿Quién vendrá conmigo en este viaje? Si alteras el orden de las preguntas te verás en graves problemas y no crecerás como hombre” Plantea este filósofo y teólogo Norteamericano.
Y esta pregunta podría llevar muy lejos dentro del mundo interior de cada uno de nosotros. Un viaje liberador en grado sumo, por cuanto la tarea de reconstrucción tomaría prácticamente la totalidad del ser humano en conjunto, ya lo decíamos: no hay prejuicios más arraigados que aquellos concernientes a la identidad de género.
En el libro, Keen hace una magistral explicación de como nos afectan las diferentes figuras arquetípicas que conforman LA MUJER, con mayúsculas, (prostituta, ama de casa, bruja, diosa…), y como debemos superar la fascinación y la influencia que tienen en nosotros para ser capaces de ver a las mujeres como seres humanos. Nada menos. Con sus características propias, pero no ya como seres arquetípicos. Cuantas veces un hombre busca en su pareja a una madre, a una amiga… pero no a otro ser humano.
Justamente nos preguntamos hoy, cómo escribir la palabra Masculinidad sin esa M grande del Machismo Patriarcal, con la que a través de los siglos se ha escrito para expresar lo que supuestamente significa ser hombre. Según Sam Keen, profesor de Teología en Harvard y doctor en filosofía de la religión en Princeton, el proceso por el cual un ser masculino alcanzaría la plena realización pasa por dos pasos insoslayables: por un lado, el abandono de los antiguos estereotipos que castran y limitan al hombre, a la par que perjudican a sus compañeras las mujeres, y posteriormente hacerse la siguiente pregunta: “¿qué significa para mí ser hombre?“.
No hay prejuicios más arraigados que aquellos concernientes a la identidad de género, “Para poder amar a una mujer real, debemos dejar atrás a la mujer arquetípica” es lo que plantea el profesor Keen en su ya clásico libro Ser Hombre: Mitos y Claves de la Masculinidad, y que le llevó a convertirse junto con el poeta Robert Bly en uno de los adalides de la nueva masculinidad.
Si las Herencias genéticas y culturales del hombre contribuyen a su obsesión por los trofeos de guerra, a su explotación loca de los recursos naturales, y a su humillación de la mujer.
Si Tenemos mitologías deficientes que ignoran la posibilidad profunda del afecto masculino, y le asignan al hombre un lugar en el cielo y no en la tierra, inventemos nuevas mitologías, nuevos cuentos. Si un mundo mejor es posible hagamos lo imposible… ya lo decía un poeta: "Los hombre son como los dioses, nacen y mueren en el pecho de una mujer…"
EN EL FONDO MUY EN EL FONDO
HOMBRES Y MUJERES SOMOS MUY INSTINTOS,
AUNQUE NOS PADECEMOS MUCHO…