Personas Sordas en Colombia: Un Llamado a la Acción

 

Por Luis Gabriel Prado

Septiembre, 2024

 

 

En Colombia, ser sordo no solo implica vivir en un mundo donde el sonido es inaccesible, sino también enfrentarse a un entorno que constantemente olvida a quienes se comunican de manera diferente. En el marco del Día Internacional de las Lenguas de Señas, es fundamental detenernos a reflexionar sobre el estado de la inclusión para las personas sordas, especialmente en Bogotá, un contexto que, pese a su aparente avance, aún mantiene barreras que limitan su desarrollo pleno. Las promesas de accesibilidad e inclusión rara vez se materializan en acciones concretas, dejando a esta comunidad en una lucha constante por el reconocimiento de sus derechos básicos.

 

A pesar de los esfuerzos legislativos, como la Ley 982 de 2005, y la labor de diversas organizaciones de derechos humanos, el panorama sigue siendo desolador. La falta de recursos, voluntad política, y sensibilización en torno a la comunidad sorda hacen que el acceso a servicios esenciales como la educación, la salud, y el deporte siga siendo una deuda pendiente. Hoy, más que nunca, es necesario cuestionar y exigir un compromiso real que transforme la inclusión en una realidad vivida.

 

Una Brecha Persistente en la Educación

 

La educación es el primer eslabón en la cadena del desarrollo humano y social. Sin embargo, para las personas sordas en Colombia, acceder a una educación de calidad es un desafío constante. Aunque en el papel se establecen medidas inclusivas, la realidad en las aulas es otra. Las instituciones educativas, incluso en Bogotá, una ciudad que debería ser modelo de inclusión, no cuentan con los recursos adecuados: intérpretes de lengua de señas capacitados, materiales educativos adaptados y formación especializada para los docentes brillan por su ausencia. La consecuencia es un sistema educativo que, en lugar de abrir puertas, las cierra, negando a los estudiantes sordos la posibilidad de alcanzar su potencial.

 

En la capital, donde se concentra gran parte del presupuesto y las políticas educativas del país, la situación no es mejor. La falta de intérpretes calificados y la inexistente capacitación en lengua de señas para los docentes son barreras insuperables. Además, el material didáctico adaptado es escaso, y la oferta educativa para personas sordas se limita a unas pocas instituciones que luchan con sus propios recursos para llenar los vacíos que deja el Estado. Esta desconexión entre la ley y la práctica refleja la necesidad de una reforma profunda que priorice realmente la inclusión en las políticas educativas.

 

Salud: Un Derecho Aún Lejano

 

La accesibilidad en salud es otro ámbito donde las personas sordas se encuentran desamparadas. Si bien existen esfuerzos como el Glosario de Términos de la Salud en Lengua de Señas Colombiana, estas iniciativas no logran cubrir la demanda real. En los hospitales y centros de salud, la falta de intérpretes y de personal médico capacitado en lengua de señas pone en riesgo la vida de las personas sordas, convirtiendo cada consulta médica en una experiencia frustrante y potencialmente peligrosa.

 

El problema se agudiza en situaciones de emergencia, donde la comunicación efectiva es crucial. Bogotá, con su infraestructura hospitalaria amplia, aún no garantiza que las personas sordas reciban la atención adecuada. La ausencia de formación en lengua de señas para los profesionales de la salud no solo limita la atención, sino que perpetúa un sistema que excluye y margina a aquellos que más necesitan ser comprendidos. La salud, un derecho fundamental, se convierte en un privilegio al que no todos pueden acceder.

 

Deporte y Recreación: Espacios de Inclusión Ausentes

 

El deporte y la recreación son componentes esenciales para la inclusión social y el bienestar físico y mental. Sin embargo, las oportunidades para que las personas sordas participen en actividades deportivas son escasas. La falta de programas específicos, entrenadores capacitados en lengua de señas, y espacios adaptados limita no solo su acceso al deporte, sino también su derecho a la integración social y la construcción de una vida plena.

 

En una ciudad como Bogotá, con una oferta deportiva diversa, el acceso de las personas sordas a actividades recreativas sigue siendo limitado. Los clubes deportivos y las instituciones recreativas rara vez consideran la necesidad de adaptar sus programas, y la mayoría de los entrenadores desconocen la lengua de señas. Esta exclusión no solo priva a las personas sordas de los beneficios del deporte, sino que también refuerza las barreras de segregación y desigualdad que enfrentan diariamente.

 

Políticas Públicas: Un Compromiso Incompleto

 

El Estado colombiano, aunque ha promulgado leyes y políticas de inclusión, carece de un compromiso genuino para implementarlas. La falta de recursos y la escasa voluntad política han creado una brecha entre lo que se promete y lo que realmente se ejecuta. En Bogotá, el gobierno local ha fallado en coordinar esfuerzos que garanticen el acceso efectivo a servicios y oportunidades para la comunidad sorda. Es necesario un enfoque más cohesivo, que no solo abogue por la inclusión en teoría, sino que también provea de los medios necesarios para su materialización.

 

Las políticas públicas deben ir más allá de ser documentos firmados y archivados. Requieren ser transformadas en acciones tangibles que mejoren la vida de las personas sordas. La implementación real y efectiva de estas políticas es el desafío pendiente para una administración que se dice incluyente. Es hora de que el compromiso sea palpable en cada rincón de la ciudad.

 

Un Llamado a la Acción

 

Este Día Internacional de las Lenguas de Señas no debe ser solo una fecha conmemorativa, sino una oportunidad para que la sociedad y las autoridades se comprometan a transformar las palabras en acciones concretas. Es urgente que el gobierno, las instituciones educativas, el sector salud, y la sociedad en general redoblen sus esfuerzos para garantizar que las personas sordas no solo sean vistas y escuchadas, sino también respetadas y atendidas.

 

Desde Quira Medios, invitamos a nuestra audiencia a unirse a esta causa, a ser agentes de cambio, y a exigir una Bogotá y una Colombia más inclusivas. Te invitamos a ver la conversación completa sobre este tema en nuestro canal de YouTube, donde expertos y miembros de la comunidad sorda comparten sus experiencias y propuestas. Es hora de escuchar, aprender y actuar.

 

Comentarios: 0