Foto: Marcela Sánchez
Foto: Marcela Sánchez

 

Poemas ciegos como el amor 

Mónica Lucía Suárez Beltrán 

Artepoética press. New York, 2023

Reseña por Wilson Guillermo Díaz Rodríguez

Octubre, 2023

 

 

Nada sugiere, como el silencio,

el sentimiento de los espacios ilimitados. 

Gastón Bachelard 

 

 

En la obra poética Poemas ciegos como el amor, Mónica Lucía Suárez Beltrán, presagia desde un espacio onírico la ceguera ancorada entre la carne, el hueso y el aroma violento que levita en el centro de la piel hacia el vacío o la defensa íntima de la mudez. Allí la poeta, entre lo confesional, describe la poética del adentro o afuera como un vértigo siempre en un campo abierto, pagano por lo ancestral de los espacios inmensos. 

 

Es un bicho libre, que no posee ninguna llave, ya que repta, vuela y trepa por sí mismo sobre un secreto –a voces-. Desde esta afinidad evoca a la poeta Denise Leverton, con la poética de la ensoñación a La hora de dormir, en donde en un prado zumban las abejas en un coloquio de armonía. Es así que Mónica Lucía Suárez Beltrán, lo dice con una tenue candidez en los siguientes versos. 

 

/ El poema no tiene la llave / que lo abre o lo cierra / está a campo abierto / no tiene versos escondidos / porque en sí mismo es un secreto / -a voces- / de las ancestrales y paganas /. 

 

La similitud entre el verso… Un poema soñé anoche y En mi altillo, en Suárez Beltrán, sobrelleva al eco de su composición poética, en el revés de los instintos que se van refrendando dos veces en el reflejo de las palabras que se desvisten sin premura en las sombras, cuando se incrusta desde las entrañas, la pulsión de la escritura calcada en palabras sin aún tener piel, pero con la convicción que ese algo que vendrá, gire con el hálito sobre los huesos. 

 

El órgano vital de su escritura se encarna sin ninguna pretensión en las diferentes peripecias del amor que se siembra al caminar descalza entre la penuria rítmica de los versos al danzar en el cuerpo amado, sin darse cuenta que germina, crece y florece al pisar la raíz primigenia de los apasionados. 

 

Su evocación asertiva con Gastón Bachelard en El agua y los sueños, permite que fluya la musicalidad en el agua, la luz, el sueño, en el otro costado de un corazón flotante atado a los caminos, que siempre guarda en el altillo los secretos inhabitados. Ese estar levitando al borde de la mirada como una crisálida, que se asoma y se reconoce vacía, es la manufactura que va tejiendo la poeta como una Penélope, en compañía de la calma, el asombro, el viento al filo del tiempo con el misterio de saber o sentir del otro. 

 

/Estar al borde de unos ojos / es sostenerse, levemente, / de una mirada / Saber del otro / -desde el borde- / es ver un paso de crisálida / asomarse a su vida / reconocer vacíos/. 

 

En las Habitaciones, las rendijas se ausentan en el nido que viaja en alguna parte de su identidad, con el grito que lo ahoga en el sentir de los silencios. También se apaciguan las vecinas que vienen de su mismo vientre, y escuchan los teñidos del amuleto vestido de azul. Ella lo cobija en el espejo, en su otro yo que late en su costado izquierdo, como un hostal de ánfora, cántaro entre las primeras palabras que nacen cada día de su cuerpo. 

 

/Por eso soy hostal de paso. / No estoy en mí cuando alguien quiere quedarse./  

 

Poemas ciegos como el amor, son esferas poéticas en donde Mónica Lucía Suárez Beltrán, en retrospectiva, habita la cocina, la escalera, la persiana, el armario, la madera que cruje y se va deshojando al escribirse el poema seducido por los sueños en la ciudad fragmentada y capturada entre la noche accidentada. 

 

/ Anoche soñé un poema / voy a intentar hacerlo realidad / Los poemas también se cumplen / -a veces- /

 

 

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* Mónica Lucía Suárez Beltrán

Profesional en Estudios Literarios y Magíster en Educación, Universidad Nacional. Investigadora asociada a Colciencias. Consejera distrital de cultura en Literatura. Autora de textos literarios como Tenues y tonos, Colorario de ciudad (2008), Editorial Anidia, en Salamanca (España), Cinco movimientos y medio en el espacio (2017), Madeja de voces (2019), Anatomía de la niebla (Poemas selectos Viernes de Poesía, UNAL) en 2021 y su poemario bilingüe (editorial Arte poética Press) Poemas ciegos como el amor (2023). Líder de Poesía expandida Colombia. Maestra de Arte Danzario en la ASAB. Escritora invitada a revistas y Festivales nacionales e internacionales (Ecuador, México, Cuba, Venezuela, Medellín y New York). Actualmente coordina el Movimiento Poético Mundial (WPM) en Colombia. 

 

 

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