Poesía mapuche

Por Katherine Gerena

noviembre, 2020

Antes de que llegaran los españoles a América, existían diversas tribus indígenas en cada uno de los territorios que comprende el continente: El Mapuche, es uno de esos pueblos originarios. La historia ancestral de este pueblo es desconocida por muchos de los historiadores pero los conquistadores que arribaron a tierra, se golpearon fuertemente con la resistencia de los mapuches el cual se desenvolvió en un conflicto armado que se conoce en la historia chilena y argentina como la Guerra de Arauco.

Los mapuches son el pueblo indígena más numeroso –y antiguo– del cono sur. Lograron habitar un enorme territorio: desde el norte de la capital de Santiago hasta las islas del sur en el Archipiélago de La Patagonia. En la actualidad, habitan zonas rurales del sur de Chile y en una menor proporción, al sur de Argentina. La historia de lucha y resistencia mapuche está marcada por la indiferencia, la discriminación, la pobreza y la marginalización del país; ante este efecto, el pueblo mapuche se ha organizado con el fin de mantener vivas sus creencias, costumbres, formas de vida y culturas que han heredado a partir de los años.

La literatura mapuche tuvo su alcance durante y después de la dictadura chilena comprendida entre en 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990. Múltiples expresiones artísticas crecieron y compitieron por seguir vigentes en esta dura fase de la historia, y a pesar de que se crea que la poesía y literatura mapuche es contemporánea, al analizar la historia chilena se puede dar cuenta que tiene un vástago repertorio detrás.

La poesía mapuche no es un tema de conversación usual entre las voces de los argentinos o chilenos, como cualquier otro crítico literario o escritor. Esta poesía ha mantenido en silencio pero hilada en la memoria de aquellos que no olvidan: los mapuches. Mediante esta forma literaria, muchos de los pertenecientes a este pueblo indígenas han logrado dar difusión y discusión lo que acontece de puertas para dentro. 

Hemos escogido cinco mujeres mapuches, quienes han empezado a ganar un gran reconocimiento a través de certámenes, festivales, publicaciones y premios en el panorama de la poesía latinoamericana. Que sea esta breve muestra una invitación a recorrer la geografía Mapuche en la voz de sus poetas mujeres. 

 

Graciela Huinao

La vida y la muerte se hermanan

 

Al mirar atrás

puedo ver el camino

y las huellas que voy dejando.

A su orilla árboles milenarios se alzan

con algún cruce de amargas plantas.

Pero es equilibrada su sombra

desde la huerta de mi casa.

Allí aprendí a preparar la tierra

 la cantidad de semilla en cada melga

para no tener dificultad en aporcarla.

Es tu vida

–me dijo– una vez mi padre

colocándome un puñado de tierra en la mano.

La vi tan negra, la sentí tan áspera.

Mi pequeña palma tembló.

Sin miedo –me dijo–

para que no te pesen los años.

La mano de mi padre envolvió la mía

y los pequeños habitantes

dejaron de moverse dentro de mi palma

El miedo me atravesó como punta de lanza.

Un segundo bastó

y sobraron todas las palabras.

Para mostrarme el terror

a la muerte que todos llevamos.

De enseñanza simple era mi padre

con su naturaleza sabia.

Al hermanar la vida y la muerte

en el centro de mi mano

y no temer cuando emprenda el camino

hacía la tierra de mis antepasados.

Abrimos nuestros dedos

y de un soplo retornó la vida

al pequeño universo de mi palma.

 

 

La máscara del hambre

 

Mi cuerpo no se acostumbra

a este conviviente

que golpea hoy mi cuerpo

y mañana

abre la puerta de mi casa

ultraja en mi mesa

la última dignidad que poseía.

Yo, te denuncio

porque de cerca te conozco

tiene la cara desgarrante de la tristeza.

Fue el peor enemigo que llegó a mi pueblo

y nos robaron las armas al defendernos.

Arrancamos

perseguidos por una fiera

nos dio alcance en el sur

y con sus colmillos nos trituró la pobreza.

Hoy

en mi pueblo

el hambre es rebeldía

y la poesía una máscara

donde oculto el verso amargo

alimento de este canto

y en la boca de mi pueblo

 

la tortura de cada día.


María Isabel Lara Millapan

 

Pewma

 

El susurro de los árboles

Tiene el mensaje de las aves,

La luna llena, tiene tu pensamiento,

El amanecer tus ruegos

En la llovizna, y el aire

Tu voz que canta a orillas del río.

 

 

Identidad

 

Y si se van tus sueños

Y olvidan la palabra de los abuelos tus labios,

¿A dónde quedan los hijos de la tierra?

¿A quién enseñamos el silencio de nuestros bosques?

Donde sólo florecen nuestros ecos

Donde sólo cantan las aves

Que conocemos desde tanto tiempo.

 

Podemos ir lejos de nuestros montes,

Ir lejos de nuestras vertientes,

Para volver hermano,

Para volver...

Porque aquí está nuestra tierra

Porque aquí está nuestra gente,

Un espacio del kultrung

Donde hay caminamos mirando las araucarias,

 

Donde hoy sonríen nuestros ojos.


Faumelisa Manquepillan

 

 

Los túneles

 

¿En qué madrugada de invierno oscuro

me parieron, me pregunto?

Navegué entre una burbuja roja y amarilla

¿Hubo tempestades de sangre sal y líquido amniótico?

¿De qué amasijo de carne y cenizas me plasmaron?

¿Dónde está el momento primero en que vi la luz?

¿O fui fantasma nocturno sin voz?

¿En qué callejuela del destino me lanzaron?

¿Soy presidiara de alguna libertad?

¿Qué bandera me abraza o me atrapa?

Yo no tengo ninguna entre mis manos

Olvidé algo entre el útero nocturno

Yo no tengo máscaras

Los espejos invisibles me las arrebatan.

Máscaras de sombras de gredas de cementos

Máscaras de insomnios de risas y de llantos

Me esperan me aguardan,

Para sumergirme entre túneles huidizos

Ellos tienen mis caras destruidas aniquiladas rotas.

¿En qué madrugada de frío invierno me sumerjo

Para desaparecer otra vez entre otro útero nocturno?

 

 

Canto a la Niempin

 

Ya comienza la noche a caer,

los sueños pronto van a emprender,

vuelo fugaz

en cometas que no volverán

y brillarán, las estrellas testigo serán

ya comienza la paz a nacer,

con los rayos de luna a crecer,

y se verán blancas alas al aire romper.

Sueños serán que del alma se desprenderán

pronto el ave nocturna vendrá

a hablar de lo que pasará

sueños serán

que la noche entre su inmensidad

viene a entregar

 

en un vuelo danzante la paz.


María Teresa Panchillo Neculhual

 

 

Qué diré mañana

 

Qué diré mañana

Cómo empezaré

A quién acusaré primero.

Cómo descifraré todo esto

Qué nombre le pondré

A cuál de mis hijos

Le contaré primero

Lo que estoy viviendo.

 

 

Para levantarme de nuevo

 

Regálame poesías

Regálame palabras

Regálame un discurso

Háblame todo el día

Háblame de héroes

Háblame fuerte

Grítame

Ordéname

Dime que aún tenemos patria

Que aún tenemos TIERRA

 

…Para levantarme de nuevo.


Roxana Miranda Rupailaf

 

Evas

 

Sacudir

             nos vieron.

Entrar y salir

               del fruto

               derramado.

 

Partido en lo rojo y lo carnoso.

 

Revuelto en tierra y en hoja lo comimos.

 

Hasta la médula de pepa

                            soltó el jugo.

 

Expulsarnos han,

mas la maravilla nos irá por dentro

                                          sellando

la humedad

del vacío descubierto.

 

&

 

Soy la maldita:

la que puso manzana en tu boca,

la que dio de la misma a los otros

condenándolos

bajo el sol a doblar la espalda.

 

La que te besa en la boca cuando te traiciona.

 

Mientras tú,

en esta historia te lavas las manos.

 

&

 

La de los ojos cerrados

 

y la manzana atorada en la garganta.

 

Voluntariamente

                              abandona

                                             el prometido paraíso

por la blanca fugacidad de los inviernos

 

 

Serpiente de tierra

 

Cierro los ojos a la música

de ti.

Elevo el cuerpo

y sosiego los venenos.

Me dejo abrir las pieles

me ondulo

en el soplo de tus voces.

Me hincho las gargantas

en salivas verde-azules.

 

Aire

me subo cielo

mi vertical.

 

Dejaría atravesarme los cuchillos

en el ritmo

de subirme

hacia los fuegos.

 

Barriga blanca y sudada

de los vientos.

 

Nubes meterme a los ojos.

 

Palpitarme las aceitadas sierpes,

mi telúrico

ramo de los gritos.

 

 

Ya de nada me sirven los venenos.


Maribel Mora Curriao

 

 

Sueños en el valle

 

Heme aquí, apartada de mis muertos,

perdida en el Valle del Águila,

olvidada del pehuén y la montaña.

 

En sueños he visto

que brota sangre en mi costado

y nacen aves rapaces de mis sienes

que devoran mis manos y mi lengua.

 

Mas, me nacen otras manos

y otra lengua

que son devoradas nuevamente

y luego nacen otras

que oculto cuidadosa

entre metawes.

Pero también son alcanzados

los metawes

y sus restos dispersados

por el valle.

 

Entonces me levanto y me rehago,

la misma cara, el mismo cuerpo

y el mismo corazón acongojado.

 

No es la muerte

quien me espanta a esta hora,

sino la distancia con las montañas.

 

No son los rapaces centinelas,

sino el inútil deseo del retorno a las quebradas.

 

Mas, heme aquí, cuerpo y sueño

sobre este suelo baldío.

 

 

Aquí estoy, hermanos

 

Nunca fue el viaje mi motivo,

nunca abandoné estas tierras

benditas, malditas,

aquí estoy hermanos

atada a este suelo

que nunca nos bendijo.

 

Levanto la cabeza del polvo

de las generaciones.

Recojo mis huesos.

Nadie tiene nada

que decirle a mi noche.

La ira de los siglos

aplastando mis hombros.

 

Recojo mis sueños,

la mirada inclemente

de las sombras.

Nada puede contra

las premoniciones de hambre,

el gusano en la semilla

royendo lentamente

nuestra suerte.

 

Dame una razón

para seguir la ruta

un secreto

para evitar el cansancio

que a menudo acomete a mis piernas

y desfila por el resto de mi cuerpo.

Tengo miedo de mi misma

y de la muerte

y de mi espíritu salvaje aún

 

entre los que quedamos vivos.


Katherine Gerena. Bogotana. Pseudo ingeniera de tiempo completo. Escritora, columnista y colaboradora en distintos medios culturales. Participó del Taller de Creación Poética del Instituto Caro y Cuervo, conducido por la profesora Graciela Maglia. Sus obras gráficas han sido expuestas en el Museo de Bogotá. Realizó el Taller Distrital de Poesía, conducido por el escritor Henry Alexander Gómez. Actualmente, hace parte de la Escuela Feminista de Verano de la organización política Las Constituyentes Feministas de la Ciudad de México y ha realizado cursos de Introducción a las Teorías Feministas impartido por la Universidad de Chile. Ha publicado en medios franceses, mexicanos y colombianos como Pórtico MX, Indie Rocks Magazine y Quira Medios.