RESERVA FORESTAL THOMAS VAN DER HAMMEN:
Área Estratégica de Necesaria Conservación
Freddy W. Rivas
Candidato a Doctor Universidad de Alcalá
Master en Planificación y Desarrollo Territorial Sostenible UAM
La Reserva Forestal Thomas van der Hammen, considerada en la actualidad como zona de protección ambiental, ha sufrido una fuerte presión debido al rápido y desmedido crecimiento de la ciudad de Bogotá y su área metropolitana.
Apoyado en la disponibilidad de datos geográficos como fuente abierta de información y usando herramientas y tecnologías geoespaciales (análisis espacial, teledetección, MDE) se demostró mediante el análisis territorial exploratorio que la reserva forestal es necesaria para la ciudad debido a su localización, características geológicas, valor paisajístico ambiental, control de inundaciones, fauna, calidad de vida, calentamiento global y el cambio climático.
Los estudios territoriales utilizando datos geoespaciales de libre acceso y herramientas de análisis espacial incorporadas en software propietario como ArcGis o Global Mapper y software libre como QGIS, usados para la elaboración de este análisis, permiten establecer las características del territorio en particular. La importancia de las infraestructuras de datos espaciales generada por entidades públicas o privadas, así como las iniciativas de “crowsourcing” se ven reflejadas en ocasiones en los que se pretende hacer estudios con cierta complejidad en las que es necesaria la utilización de datos geográficos.
A través del análisis exploratorio del territorio en el entorno de la Reserva Forestal de Van der Hammen se puede asegurar que la reserva forestal es un área con un alto valor paisajístico el cual se distingue por poseer una estética propia de paisaje rural antrópico, último en su especie en el área urbana de la Capital.
Bajo la figura de espacio protegido la reserva debe tender a ser una zona libre de intervención humana para fortalecer su función como ecosistema limpio y aumentar su capacidad como receptor de partículas en suspensión. Característica fundamental para la ciudad dados los altos niveles de polución y la precariedad de sus zonas verdes.
Las presiones urbanísticas y de explotación en el entorno próximo de la reserva han crecido de manera acelerada desde finales de la década de 1970. Este hecho le otorga un nivel de protección alto debido a que es el último remanente que se mantiene libre de urbanización en esa zona de la ciudad. Su recuperación es obligatoria debido a la localización estratégica dentro de la subcuenca hidrográfica de Torca que incluye los humedales la Conejera, Guaymaral y Torca, así como la cuenca del río Bogotá y su afluente la quebrada La Salitrosa. Esta área es un lugar de paso, prácticamente obligado, para aves migratorias y hábitat permanente para la recuperación de la fauna nativa. Cabe señalar al respecto que según un informe del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, “Bogotá, es la ciudad capital del mundo con mayor número de especies de aves”.
La mayoría de la población que habita en el entorno territorial de la reserva está clasificada dentro de los estratos medio-bajo y bajo los cuales soportan la ausencia de infraestructuras y equipamientos necesarios para la prestación razonable de servicios públicos. Un aumento de la población necesariamente requerirá de mayores inversiones, primordialmente en infraestructura y espacio, afectando la recuperación de la reserva, y a la vez absorbiendo inversión pública de la ciudad en detrimento de otros sectores vulnerables de la capital.
Apoyándose en la primera regla de la geografía, “todo está relacionado con todo, y entre más cerca se encuentra la relación es mayor”, y analizando la tendencia en el crecimiento urbano sobre esta zona de la ciudad, la urbanización del suelo provocaría nefastos resultados debido a que estos influyen negativamente en la conservación de la reserva. Las relaciones espaciales indican que un cambio de uso en esta área terminará deteriorando una extensión mayor de la sabana, es decir, una intervención local se convertirá en un problema regional de ámbito metropolitano.
La aplicación de herramientas de análisis geoespacial permitieron establecer la población potencial en riesgo debido a inundaciones y demostraron cómo la reserva aporta una mayor superficie de inundación sirviendo como zona de alivio ante eventuales crecidas del río Bogotá.
Un cambio de uso con fines urbanísticos (edificaciones, infraestructura vial, equipamientos, redes de servicios públicos, etc.) sobre la reserva aumentará el riesgo por hundimiento de los terrenos que se sustentan sobre suelo arcilloso que potencialmente está en riesgo de subsidencia.
La conservación de la reserva forestal es indispensable para la ciudad de Bogotá y su área metropolitana y se constituye ejemplo de sostenibilidad ambiental para la lucha frontal contra el calentamiento global y el cambio climático.
Finalmente, bajo la premisa de que el interés general prevalece sobre el particular, la reserva de Van der Hammen en la actualidad beneficia directamente a los más de 250.000 habitantes de la UPZ Tibabuyes y de forma indirecta a toda el área metropolitana de Bogotá.
La ocupación del suelo que comprende la Reserva Forestal de Thomas van der Hammen con fines urbanísticos es un atentado contra los intereses de la población de la capital colombiana la cual se ha caracterizado por sufrir una clara segregación socioeconómica en momentos en los que la sostenibilidad es una necesidad que se ha vuelto primordial para la supervivencia a nivel global.
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