Selen Catalina Arango Rodríguez
Octubre, 2018
Medellín.
Primer premio del Concurso Ediciones Embalaje, Colombia con “Prestidigitaciones y otros juegos de memoria” (2009), publicado en el 2014 por Odisea Cultural, México (2014) y reseñado en el Periódico de Poesía de la UNAM No. 75 en el mismo año y en Descontexto. Revista virtual de poesía chilena. Su trabajo ha sido incluido en 6 antologías de corte internacional y en revistas culturales y literarias mexicanas como Cuadrivio, Hysteria y Trajín Literario. Ha participado en encuentros de poesía internacionales en México de los cuales sobresalen Encuentro Latinoamericano de Escritores (Hidalgo, 2014), Encuentro Hispanoamericano de Escritores (Tlalnepantla, 2013), Encuentro Internacional de Poetas de Zamora (2012) y Mujeres en el país de las nubes (Oaxaca, 2010).
Cuenta con una sólida trayectoria en investigación educativa, pedagógica y literaria con orientación en estudios de género y culturales, que le ha permitido asumir procesos de formación en literatura y en investigación dirigidos a personas jóvenes y adultas en el contexto universitario, así como a maestros/as de la educación básica en las áreas de: pedagogías feministas, implementación y formación en metodología de la investigación cualitativa para semilleros de investigación y grupos de estudio, sistematización de experiencias educativas y lineamientos curriculares para la enseñanza de la lengua y de la literatura.
También es profesora, crítica cultural feminista y Doctora en Pedagogía de Universidad Nacional Autónoma de México (2016). En la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia dirige las líneas de práctica pedagógica del último ciclo, Crítica literaria feminista y enseñanza, y La literatura como saber escolar, historia y enseñanza, de la Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana.
Sus publicaciones académicas se han orientado a desarrollar las líneas de investigación: relaciones entre la pedagogía, la literatura y los estudios culturales y de género, narración de sí y creación literaria, pedagogías feministas, de/formación y prácticas desidentificatorias.
En el 2004, Piedad Bonnett publica Tretas del débil haciendo alusión directa al texto homónimo de Josefina Ludmer de 1995. El trabajo de Ludmer, crítica literaria feminista, centra su mirada en un análisis discursivo del silencio definiéndolo más allá de los lugares comunes, como el simple acto de callar, para ella, el silencio puede constituirse como agencia del lado del sujeto nombrado como subalterno. Así, señala que el sujeto débil no está autorizado para hablar, no tiene -de manera evidente- el poder de significar. No obstante, a nivel discursivo, tanto el débil como el fuerte, tienen poder a partir de diferentes estrategias. Ambos, al ser sujetos del lenguaje, tienen capacidades diversas para apropiarse del significado. Mientras que el sujeto débil las ejecuta con un mayor peligro de ser silenciado y castigado, el sujeto subalterno sabe mucho del callar, del no saber qué decir y del negar lo que sabe frente al amo que demanda obediencia y silencio. Para Ludmer, las tretas del débil se vinculan especialmente con el acto del saber negado, del callar estratégico y del jugar a no decir lo que se sabe.
De lo que se trata es de que el “amo” no descubra que el subalterno sabe, puede y quiere. Es así como un “no” juega un papel central: “No saber sobre el decir, y “decir sobre el no saber” se convierten en dos acciones que dan lugar al saber del otro. Pueden agruparse en dos tipos:
La primera treta separa el saber del decir y reconoce quién es el encargado de dar la palabra, la persona que sabe y conoce: “El decir público está ocupado por la autoridad y la violencia: otro es el que da y quita la palabra” (Ludmer, 1995, p. 49): cuando una persona dice que no sabe nada ante una autoridad que le pregunta por un suceso que conoce, lo hace para no ser regañado.
Me regalaste un pájaro monstruoso
de alas sombrías y pico carnicero.
Alimentarlo
fue mi mejor manera de quererte.
(Bonnett, p. 278.)
La segunda treta es la de quien reconociendo muy bien el lugar desde donde puede hablar, consigue hacerlo a partir de diferentes estrategias: “La treta (otra típica táctica del débil) consiste en que, desde el lugar asignado y aceptado, se cambia no sólo el sentido de ese lugar, sino el sentido mismo de lo que se instaura en él.” (Ludmer, 1995, p.52).
No lloren,
madre,
padre,
El llanto de un adulto es una piedra
en la espalda de un niño silencioso.
(Bonnett, p. 278.)
En el anterior fragmento de Bonnet, el llanto es lo que la madre y el padre no pueden nombrar/mostrar a sus descendientes, por lo que pesará sobre sus espaldas durante el traslado del campo a la ciudad. Pero también, siguiendo la intención de Ludmer, el llanto es la consciencia de que mamá y papá también lloran. Será la agencia para mirar el rostro propio en el espejo, mientras nos regresa el poder de contar lo que vemos en él.
El silencio ha sido relacionado históricamente con una forma de opresión ejercida sobre las mujeres. En el siglo XIX, según Laurence (1994), se inicia una tradición con las escritoras Austen, Brontë y Woolf, que invitan a releer este paradigma en tanto su escritura se ayuda del silencio como un ritual de producción de verdad: una estrategia de resistencia y de elección. Estas autoras sacaron provecho de cómo los silencios dan cuenta de las diversas maneras de sentir y de conocer de las mujeres. En la escritura de varias autoras del siglo XX, el silencio será un ritual para buscar el rostro y un espacio para la formación.
El silencio es la primera respuesta del cuerpo al darse cuenta que el conocimiento de sí deviene del tipo de experiencia consolidada a partir de la demanda familiar, social y cultural como lo aborda Bonnet en el poemario. Pero también, el silencio, anclándolo a la formación, es la expresión que el sujeto recibe cuando se apropia de “lo no correcto” o “lo que falla” con respecto a lo esperado. En una palabra: con lo de difícil representación. El silencio como atmósfera para la formación humana implica virar las coordenadas de un largo proceso de identificación con lo esperado por el débil hacia lo inesperado, lo inadecuado, lo que no tiene forma y con “la ciudad nueva, la inventada por ti”.
Referencias
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